Hace exactamente 22 años (yo tenía 29), me compré mi primera BMW a la vez que lancé el foro. De hecho, fue por ella que lo creé porque, en aquellos tiempos en los que no había redes sociales, no encontraba prácticamente información sobre el modelo que quería.
Empezaba a viajar "lejos" y pensé que ya era hora de cambiar las deportivas y sport turismo japonesas por una touring, así que fui a por una BMW R1150RT nueva. Algunos amigos tenían ya la R1100RT y sólo me hablaban maravillas, así que decidí comprar una.
El problema es que el shock fue brutal: el cambio era muy, pero que muy malo comparado con las de las motos japonesas de las que venía. Todo eran "clanks" y "clonks" y, encima, la sexta no era una sexta, era un overdrive que te bajaba tantas vueltas que parecía que la moto se paraba. Además, consumía aceita y todo el mundo decía que era "normal" pero yo alucinaba porque en mis japos jamás me tuve que preocupar de añadirles ni una gota. Cuando me la entregaron, simplemente con llevarla a casa ya supe que no nos íbamos a entender y mi cabreo era de órdago (conmigo mismo). Me reprochaba haberme gastado un pastizal de la época sin haberla probado siquiera.
Tal fue mi decepción que me planteé volver a la moto japonesa, específicamente estuve a punto de cambiarla por una Kawasaki ZZR 1400. Había visto a muchos ingleses y franceses con ella de viaje y siempre me había atraído. Incluso lo comenté en su día por aquí.
Y en estas estaba, ya seguro de cambiarla y no volver a BMW jamás, cuando en una Motociclismo vi una entrevista a Edgar Heinrich, responsable de diseño de BMW Motorrad, presentando la nueva BMW R1200GS con un motor totalmente rediseñado, con eje de equilibrado y un cambio "moderno" y, además, mucho más ligera. Los más veteranos recordaréis la historia, que me confirmó él mismo cuando tuve el placer de conocerle, del bidón lleno de 20 kilos de arena con el que entró en el departamento de diseño y dijo "este es el peso que le tenemos que quitar a la 1150GS".
Como en mis "genes moteros" llevo el campo y las trail siempre han formado parte importante de mi vida, me entró de nuevo el gusanillo. De hecho, la 1150GS ya me gustaba. Al contrario que mucha gente no sólo no la encontraba fea si no que pensaba que su estampa era genial, con esos faros asimétricos. Por lo tanto, si la 1150GS me gustaba estéticamente, la 1200GS ya me ganó completamente y, además, tenía la "promesa" de su diseñador de que se había mejorado todo lo que yo odiaba de la marca. Vendí la RT y compré la moto en el conce que me dio el mejor precio.
Al vivir en una isla (Menorca) me daba igual donde estaba el concesionario que mejor precio que me hiciera porque tenía que coger avión sí o sí para ir a por ella y, además. si el conce estaba un poco lejos mejor, porque así me diseñaba una ruta de curvas para hacerle el rodaje y llegar a Barcelona con los 1.000 kms para llevarla allí a un conce para la priemera revisión. Pues bien, el que me hizo mejor precio fue la desaparecida Todomoto de Sevilla y para allá que me fui.
Recuerdo perfectamente que, en el avión, pensaba "tú eres tonto, te compras una BMW sin probarla que no te ha gustado NADA y, ahora, te compras otra también sin probarla. Si no te gusta esta ¡es para matarte!". Y con estos pensamientos en la cabeza, llegué a Sevilla donde me esperaba el forero y buen amigo @FaliSan, que hace tiempo que dejó las motos pero con el cual sigo en contacto. De hecho, me quedé en su casa aquella noche.
A la mañana siguiente, ni corto ni perezoso, me planté en Todomoto y me hicieron entrega de la primera GS 1200 que llegó a España. En esa época, el foro no lo conocía ni el tato y aluciné de que el jefe de zona de BMW Ibérica hubiera venido expresamente de Madrid para el "acto de entrega". Yo no sabía nada y, repito, aluciné pero esto no es más que una anécdota.
La cuestión es que me subí a ella, la arranqué y, al poner primera, me gustó la sensación del cambio. De hecho, creo que ese motor lleva el cambio más suave de toda la saga bóxer de BMW. Más que las de agua, incluida la 1250 (la 1300 no la he probado). Al salir, ya no había esas vibraciones de cafetera que tenía la 1150 y que, personalmente, odié desde el primer momento (entiendo y respeto que haya quien le guste, pero a mí es que me horrorizaban). Es más, recuerdo que tuve durante un tiempo una R90S por aquello de que es la "mítica" y la RT 1150 ¡vibraba más y tenía peor cambio!.
Al salir de la ciudad y coger la curva de entrada a la ronda de cintura, aluciné con lo que tumbaba y su manejabilidad. Después de esto, me fui a Madrid alternando carreteras y caminos de tierra perfectas para trail para acabar llegando a Movil Norte con los 1000 kms para la revisión y, de ahí, fui a la concentración nacional del foro, no recuerdo cual ahora mismo, y encantado de la vida.
Con esta moto me recorrí toda Europa, incluido Cabo Norte y, desde el 2004 y salvo dos años que tuve la K1200S por eso de "despedirme de los motores tetracilíndricos grandes", desde entonces no me he bajado de una GS.
Esta es mi historia de cómo me enganchó BMW al bóxer, teleléver, paralever y cardán. Con una moto fantástica que recuerdo con tanto cariño que aún la sigo llevando como foto de perfil aquí, 20 años y 10 motos después.
Empezaba a viajar "lejos" y pensé que ya era hora de cambiar las deportivas y sport turismo japonesas por una touring, así que fui a por una BMW R1150RT nueva. Algunos amigos tenían ya la R1100RT y sólo me hablaban maravillas, así que decidí comprar una.
El problema es que el shock fue brutal: el cambio era muy, pero que muy malo comparado con las de las motos japonesas de las que venía. Todo eran "clanks" y "clonks" y, encima, la sexta no era una sexta, era un overdrive que te bajaba tantas vueltas que parecía que la moto se paraba. Además, consumía aceita y todo el mundo decía que era "normal" pero yo alucinaba porque en mis japos jamás me tuve que preocupar de añadirles ni una gota. Cuando me la entregaron, simplemente con llevarla a casa ya supe que no nos íbamos a entender y mi cabreo era de órdago (conmigo mismo). Me reprochaba haberme gastado un pastizal de la época sin haberla probado siquiera.
Tal fue mi decepción que me planteé volver a la moto japonesa, específicamente estuve a punto de cambiarla por una Kawasaki ZZR 1400. Había visto a muchos ingleses y franceses con ella de viaje y siempre me había atraído. Incluso lo comenté en su día por aquí.
Y en estas estaba, ya seguro de cambiarla y no volver a BMW jamás, cuando en una Motociclismo vi una entrevista a Edgar Heinrich, responsable de diseño de BMW Motorrad, presentando la nueva BMW R1200GS con un motor totalmente rediseñado, con eje de equilibrado y un cambio "moderno" y, además, mucho más ligera. Los más veteranos recordaréis la historia, que me confirmó él mismo cuando tuve el placer de conocerle, del bidón lleno de 20 kilos de arena con el que entró en el departamento de diseño y dijo "este es el peso que le tenemos que quitar a la 1150GS".
Como en mis "genes moteros" llevo el campo y las trail siempre han formado parte importante de mi vida, me entró de nuevo el gusanillo. De hecho, la 1150GS ya me gustaba. Al contrario que mucha gente no sólo no la encontraba fea si no que pensaba que su estampa era genial, con esos faros asimétricos. Por lo tanto, si la 1150GS me gustaba estéticamente, la 1200GS ya me ganó completamente y, además, tenía la "promesa" de su diseñador de que se había mejorado todo lo que yo odiaba de la marca. Vendí la RT y compré la moto en el conce que me dio el mejor precio.
Al vivir en una isla (Menorca) me daba igual donde estaba el concesionario que mejor precio que me hiciera porque tenía que coger avión sí o sí para ir a por ella y, además. si el conce estaba un poco lejos mejor, porque así me diseñaba una ruta de curvas para hacerle el rodaje y llegar a Barcelona con los 1.000 kms para llevarla allí a un conce para la priemera revisión. Pues bien, el que me hizo mejor precio fue la desaparecida Todomoto de Sevilla y para allá que me fui.
Recuerdo perfectamente que, en el avión, pensaba "tú eres tonto, te compras una BMW sin probarla que no te ha gustado NADA y, ahora, te compras otra también sin probarla. Si no te gusta esta ¡es para matarte!". Y con estos pensamientos en la cabeza, llegué a Sevilla donde me esperaba el forero y buen amigo @FaliSan, que hace tiempo que dejó las motos pero con el cual sigo en contacto. De hecho, me quedé en su casa aquella noche.
A la mañana siguiente, ni corto ni perezoso, me planté en Todomoto y me hicieron entrega de la primera GS 1200 que llegó a España. En esa época, el foro no lo conocía ni el tato y aluciné de que el jefe de zona de BMW Ibérica hubiera venido expresamente de Madrid para el "acto de entrega". Yo no sabía nada y, repito, aluciné pero esto no es más que una anécdota.
La cuestión es que me subí a ella, la arranqué y, al poner primera, me gustó la sensación del cambio. De hecho, creo que ese motor lleva el cambio más suave de toda la saga bóxer de BMW. Más que las de agua, incluida la 1250 (la 1300 no la he probado). Al salir, ya no había esas vibraciones de cafetera que tenía la 1150 y que, personalmente, odié desde el primer momento (entiendo y respeto que haya quien le guste, pero a mí es que me horrorizaban). Es más, recuerdo que tuve durante un tiempo una R90S por aquello de que es la "mítica" y la RT 1150 ¡vibraba más y tenía peor cambio!.
Al salir de la ciudad y coger la curva de entrada a la ronda de cintura, aluciné con lo que tumbaba y su manejabilidad. Después de esto, me fui a Madrid alternando carreteras y caminos de tierra perfectas para trail para acabar llegando a Movil Norte con los 1000 kms para la revisión y, de ahí, fui a la concentración nacional del foro, no recuerdo cual ahora mismo, y encantado de la vida.
Con esta moto me recorrí toda Europa, incluido Cabo Norte y, desde el 2004 y salvo dos años que tuve la K1200S por eso de "despedirme de los motores tetracilíndricos grandes", desde entonces no me he bajado de una GS.
Esta es mi historia de cómo me enganchó BMW al bóxer, teleléver, paralever y cardán. Con una moto fantástica que recuerdo con tanto cariño que aún la sigo llevando como foto de perfil aquí, 20 años y 10 motos después.