Moteando por Las Merindades

daviddelta

Allá vamos
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Motoruta por Las Merindades

Con un grupillo de amigos me fui a Las Merindades. Una preciosidad de paisajes y unas carreteras espectaculares. Espero que os guste la crónica.

Aquí un vídeo de la ruta:

<font color="#373737" face="inherit"><span style="font-size: 15px; font-style: inherit; font-weight: inherit; line-height: 23.625px;">[video=youtube;IOAonpkVps4]https://www.youtube.com/watch?v=IOAonpkVps4[/video]

En otra de nuestras escapadas anuales, en este caso de dos días, nos decidimos a acercarnos a un lugar cercano a nuestra residencia en Asturias y bastante desconocido por la mayoría de la gente: Las Merindades burgalesas, unas tierras castellanas a caballo de Burgos, Palencia y Cantabria. Carreteras solitarias, curvas, buen asfalto, kilómetros sin encontrarnos un solo pueblo o un solo vehículo y paisajes arbolados entre profundos valles y cañones horadados por el Río Ebro…el paraíso de unos moteros tranquilos como nosotros.




A primeros de septiembre seis intrépidos y calmados motoristas salimos desde Asturias para recorrer unos 700 km., pero con el objetivo de surcar los 200 km. de Las Merindades y degustar el famoso lechazo castellano…al final lo conseguimos. Las Merindades era una antigua división medieval para la gobernanza de un territorio. En el norte de Burgos existían siete de ellas, gobernadas por un Merino (delegado real).

Nuestra ruta comienza en Cantabria, a pocos kilómetros de Torrelavega, donde enfilamos la N623 que nos lleva al Puerto del Escudo, el paso histórico entre Castilla y Santander, hoy en día con poco tráfico y un buen asfalto. Pasamos por el precioso pueblo balneario de Puente Viesgo (merece una parada) y llegamos a la coronación del Escudo, donde toca foto.



Curiosamente en lo alto hay una pirámide, seguramente la única de España, de unos 20 metros de altura, pero no es egipcia. Fue construida después de la Guerra Civil para albergar los restos de 372 soldados italianos que murieron en los combates en la zona. Hoy en día los nichos están vacíos y los restos fueron trasladados a Zaragoza. En 1971 un autobús con familiares y antiguos compañeros de los italianos sufrió un accidente en el puerto, falleciendo 11 personas.



En el pantano del Ebro, donde se regula el caudal del río, nos desviamos por la N232 hacia Villarcayo y Soncillo, llegando a Medina de Pomar,por unas carreteras de buen asfalto flanqueados por molinos de viento modernos, no tan bellos como los de nuestro amigo Don Quixote. En Medina merece la pena detenerse para pasear por su casco histórico peatonal, admirar su Plaza Mayor y su castillo. El Alcázar de los Condestables fue construido en el extremo suroeste del recinto amurallado de la ciudad. Lo mandó edificar Pedro Fernández de Velasco cuando reinaba Enrique II, del que era Camarero Mayor y posteriormente Condestable de Castilla. En 1370 se comenzó a construir y es conocido popularmente con el nombre de “Las Torres”, fue palacio y castillo defensivo. Está compuesto por dos torres cuadrangulares (la torre sur es más alta que la norte) unidas por un cuerpo central. Medina de Pomar fue la capital de Las Merindades, hasta que Felipe II la pasó a Villarcayo.



Hacia Trespaderne la carretera es rectilínea, pero ya comenzamos a ver las montañas que flanquean el paso del Ebro y que formaran unos impresionantes cañones, que poco tienen que envidiar al famoso del Colorado. En Trespaderne nos detenemos a comer en el Restaurante Jose Luis (recomendable) y nos lanzamos a visitar el Castillo de Tedeja, una impresionante fortaleza en lo alto de un otero (accesible por una pista cementada) que controlaba la entrada en el norte desde la meseta por el Desfiladero de La Horadada. Fue una antigua fortificación romana, con torres cuadrangulares y encima de ellas se construyó el castillo-fortaleza actual. Parece ser que es el primer castillo de la península ibérica del que se tiene constancia, fundado ya en el año 740 por el Don Pedro, Duque de Cantabria y por tanto perteneciente al Reino de Asturias, último bastión peninsular y origen histórico de este conglomerado de gentes que hoy llamamos España. Parte del cercado y de las torres son visitables y las vistas desde sus alturas son imperdibles.





Nos adentramos, siguiendo el cauce del Ebro, por La Horadada, siguiendo la N629 y corriendo en paralelo a la abandonada línea de ferrocarril Santander–Mediterráneo, también llamada “Línea de Calatayud a Cidad–Dosante”. Esta línea nació en 1879 con el nombre de “Ferrocarril del Meridiano”, ya que seguía el meridiano de Madrid. Su fin era enlazar con ferrocarril Santander–Burgos–Madrid, con objetivos estratégico–militares, para unir los puertos de Bilbao y Santander. El propósito tuvo que ser abandonado debido a las dificultades económicas y en 1959 fue cerrada parte de la línea inacabada, dejando algunos tramos en funcionamiento hasta 1985. Aquí un artículo sobre este tren desaparecido: El tren desaparecido



Por la N232 nos vamos a Valdenoceda, siguiendo una revirada carretera, muy divertida para las motos y allí nos desviamos a la derecha hacia el Puerto de La Mazorra (CL 219), unos kilómetros de moto espectaculares.



Poco después de coronarlo hay que desviarse por la carretera comarcal BU-V-5143 hacia Pesquera de Ebro. Inicialmente la comarcal nos parece aburrida, pero al poco tiempo una bajada con múltiples horquillas, entre roquedales, nos deja de nuevo a la orilla del Ebro, donde volvemos a seguir su cauce durante bastante tiempo. Aquí nos encontraremos con la parte más bonita de este viaje. Pesquera merece una parada, ya que su puente (del 941) y sus casas blasonadas de piedra nos retrotraen al medievo.









Desde ahí seguimos la carretera en ascenso que nos lleva por el borde de los profundos precipicios que enmarcan al gran río en su marcha. En un par de lugares se puede detener uno y admirar ese gran paisaje.



Nuestra siguiente sorpresa en Orbaneja del Castillo, después de volver a enlazar, en un pequeño tramo, con la N623 en una serie de curvas enlazadas sobre el río. Por una comarcal nos dirigimos a Orbaneja, deteniéndonos delante de su famosa cascada de agua, que atraviesa el pueblo por su centro. Fue fundado en la Edad Media y habitado por mozárabes (cristianos que quedaron bajo el dominio musulmán) hasta su conquista por los Reinos Astures. La parada en la cascada es de obligado cumplimiento.




Desde Orbaneja, y ya atardeciendo, nuestra ruta sigue al lado del Ebro, por unas carreteras reviradas pero con curvas asequibles, hacia Quintanilla de las Torres. Por el camino pasaremos por pequeñas aldeas (a veces cántabras y otras palentinas) como Castrillo de Valdelomar, San Andres, Santa maría de Valverde (con su iglesia rupestre de orígenes preromanicos) o Polientes (con una casa rural ocupando el antiguo cuartelillo de la Benemerita).




Ya en la N611, hacia Aguilar de Campoo y ese olor inconfundible a galletas de Gullon (empresa familiar fundada en 1892), embocamos hacia Alar del Rey, población donde nace el antiguo Canal de Castilla. EL CANAL DE CASTILLA, es uno de los proyectos más relevantes de ingeniería civil de la España Ilustrada, el objetivo principal de su construcción fue servir como vía fluvial de comunicación y transporte que solucionase el problema de aislamiento al que estaba sometida la meseta castellana y leonesa, debido a una orografía complicada y una deficiente y mal conservada red viaria, que dificultaba y hacía casi imposible el transporte de los excedentes agrarios de la región, cereales en su mayoría. En el proyecto inicial se contemplaban 4 canales, que unirían Segovia con Reinosa, con la intención de, en un futuro, atravesar la cordillera Cantábrica y poder llegar al mar por el puerto de Santander. El Canal del Norte pretendía unir Reinosa (Santander) con el sitio de Calahorra de Ribas (Palencia). De este tramo se llega a construir desde Alar del Rey hasta Calahorra de Ribas. El ramal Canal de Campos, que continuaría desde Calahorra de Ribas (Palencia) por la comarca de Tierra de Campos hasta Medina de Rioseco (Valladolid), se construye en su totalidad. Canal Sur, que tomaría las aguas del Canal de Campos en el sitio conocido como el Serrón (Grijota), para desembocar en el Río Pisuerga en Valladolid, y que también se construye en su totalidad. Y el Canal de Segovia, que uniría Segovia con Villanueva de Duero (Valladolid). Nunca fue realizado. Las obras comenzaron en 1873 en Calahorra de Ribas (Palencia). La época de mayor esplendor tuvo lugar una vez concluido todo su recorrido actual, entre los años 1850-1860, cuando las barcas que surcaban el Canal superaban las 350, la mayoría de ellas de propiedad privada. La apertura de la línea férrea Valladolid-Alar del Rey, con un trazado casi paralelo al del Canal de Castilla, motiva que el Canal de Castilla vea truncada su utilización “como vía de transporte y comunicación”.


En Alar tenemos a la vista su inicio y uno de los puertos fluviales con su gran ensenada y con los caminos de sirga que bordeaban el cauce, por donde las barcazas eran remolcadas por animales de tiro.

Pasamos de largo por Herrera de Pisuerga, villa fundada sobre un campamento romano de tamaño legión de las Guerras Cántabras (las murallas romanas todavía se pueden ver) y antiguamente perteneciente al municipio o partido de Villadiego (el del famoso dicho de “ tomar las de ídem”). Este dicho parece originarse en tiempos de Fernando III “el Santo”, cuando declaró Villadiego como villa donde no se perseguía a los judíos…cuando alguno de ellos tenía problemas en otra parte del reino, intentaba escapar a este lugar y de ahí el chascarrillo que ha llegado a nuestros días como sinónimo de huida.



Pero seguimos en ruta hacia Saldaña por la P230, una carretera rectilínea y en buen estado, rumbo este, cuando el sol va cayendo sobre la meseta castellana, a estas alturas ondulada y ya sin rastro del Ebro, nuestro compañero de viaje durante cerca de 150 km. Por fin llegamos a nuestro lugar de pernocta, que no es otro que Saldaña, ciudad palentina, de origen romano, como atestigua la Villa romana de La Olmeda (enorme cortijo romano dedicado a la agricultura) visitable a 4 km. de la ciudad y que nos da una idea de cómo vivían los romanos acomodados y propietarios de tierras en los lejanos siglos I al IV d.c. en aquel granero que era Hispania: Info Villa romana Olmeda



En Saldaña tenemos al famoso Bernardo del Carpio, hijo de Sancho Díaz, conde de Saldaña, y de la princesa Ximena, hermana del rey Alfonso II de Asturias. El rey, que se oponía a este matrimonio, encerró en una mazmorra al conde y envió a un monasterio a su hermana. Años después falleció aquí la Reina Urraca de León (la que fue desnudada y perseguida por el infame Obispo Gelmírez en Santiago de Compostela, antes que se inventase Juego de Tronos y plagiaran el incidente)…la vida de esta mujer da para una telenovela: Enlace..La vida de Urraca

Como curiosidad, en 1128, Alfonso VII de Castilla, hijo de Urraca I de León, y Berenguela de Barcelona contrajeron matrimonio en la villa, donde tuvo lugar la primera corrida de toros documentada, celebrada en la Plaza Mayor.



Nosotros cenamos en el famoso restaurante La Casa Torcida, en la parte de atrás de la Plaza, donde pudimos degustar el lechazo castellano (muy bueno, por cierto) que veníamos persiguiendo.



Al día siguiente regresamos pasando por Guardo, Cistierna, Boñar y León, carreteando por los pequeños puertos de la montaña palentina.

Ruta tranquila y recomendable a los amantes de los paisajes y el buen comer.

Enlace para verlo en mejor calidad: Motoruta por Las Merindades | Gastromoto

V´sss desde el norte.
 
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Una zona bien chula, estuvimos en agosto viendo a unos amigos y lamentablemente tuvimos que ir en coche. Queda pendiente recorrerla en moto, sí señor.
 
En moto es una de las zonas más recomendables y tranquilas que he visitado...merece la pena.
Gracias amigos...V´ssss
 
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