Hace 35 años pedí el libro de reclamaciones por el escandaloso precio de un café de 150 pesetas. Había tenido exámenes esa semana y me caía de sueño, pero quería salir esa noche, así que me tomé un café en una terraza, con unos amigos. Cuando dijeron los precios, pedí el desglose y cuando el café costaba 150 pesetas, casi me muero del susto. Con 150 pesetas te comprabas café para un regimiento, pero para uno solo era como un atraco que se te llevaran la cartera, la chupa y la moto, se fueran a tu casa y te violaran a la mujer y al perro, aunque por aquellos tiempos no estaba casado ni tenía perro. Salió el dueño y me intentó explicar que por la noche ponían copas y que de normal no ponían cafés en la terraza porque el precio mínimo de consumición en terraza era de 150 pesetas, pero con un cubata no lo notabas. Con un café sí que era una bestiada. Le pedí que me indicara dónde estaba esa tarifa, que resultó no estar fuera, sino dentro y escondida, con letra pequeña y tras la barra, ilegible desde fuera de la barra y eso que por aquél entonces veía bien. Ahora no vería ni la tarifa, ya no digo leerla. En eso viene con una botella de whisky para hacerme un carajillo, que me invitaba. A ver, señor, que yo quería un café, no un carajillo, que no tiene un aviso a la vista de que haya precio mínimo de consumición de terraza y que quería el libro de reclamaciones sí o sí. Acabó la cosa invitándonos a toda la mesa (éramos 3) con tal de que no escribiéramos en el libro de reclamaciones. Eso me pilla hoy y no se escapa.
De todos modos hay varias cosas que comentar. Ir sin ruedas para todo el viaje está mal. Entrar en un sitio nuevo y no pedir presupuesto está mal. Creerse que te van a hacer buen precio y que ese precio bueno sea bueno para tu bolsillo en vez de para el suyo, es mucho imaginar.
Aún así yo he ido de viaje sin ruedas para todo el viaje y sin saberlo. A medida que se degrada el neumático, pierde más tracción, así que tenemos más microderrapes en frenada y aceleración de lo que podamos imaginar, lo que hace que el desgaste aumente potencialmente en los últimos 2000kms y de repente vas liso a mitad de viaje cuando pensabas que llegarías a casa por los pelos. Recuerdo una vuelta de Bilbao a Valencia (unos 600km) de tarde-noche y parando en cada gasolinera para inspeccionar si llegaría a casa. Llegué con las mallas en casi toda la banda de rodadura y cagado por si reventaba o pinchaba. El mecánico no daba crédito. Nunca había visto una rueda tan desgastada entera de lado a lado. Los que llegaban con tanto desgaste central, no tenía tanto desgaste lateral. Yo venía de Bilbao y mi mecánico me dijo que con esa rueda no se iba ni a mi casa (10 minutos). Al final aprendes que vale la pena cambiar de rueda para el viaje y, si acaso, volverla a poner para acabártela cuando vuelvas y no vayas a estar a 1000kms de casa.
Hace unos años me quedé sin rueda delantera en Cádiz en fin de semana y acabé buscando rueda en Málaga el lunes. Me dijeron que tardaban un día en recibirla y que, como no estaba en tarifa ninguna rueda de esa medida, pues sin precio preestablecido. Así que piensa en comer, cenar, dormir + la rueda de precio indeterminado... vale que comer y cenar voy a comer y cenar también en casa, pero dormir ya sube el presupuesto bastante, así que llamé a Valencia y me dijeron lo mismo, que era una medida rara y no tenían, que llegaría al día siguiente la rueda, así que valoré la situación. La rueda estaba muy mal para tumbar, pero bien para ir recto. Decidí volverme a casa con tiempo y, chinochano, despacito para Valencia y a cambiar la rueda el martes. Creo que después de eso, nunca más.