Me encontraba muy cansado, y ya llevaba bastantes kilómetros encima de mi. Mire de reojo y vi otra motocicleta detras de mí, era prácticamente una motocicleta como la mía y el motorista tenía mi misma complexión.
Seguí mi marcha pero pense en que sólo se escuchaba mi motocicleta. Miré de nuevo y allí estaba, con su traje negro y con el casco bien calado, botas oscuras y cierto brillo extraño.
Me incliné levemente a la derecha y él hizo lo mismo, salude pero él no se inmutó, repitió mis movimientos.
Vaya, que gracioso... pensé, me está imitando el capullo. Ahora parecía más cercano.
Seguí vigilando con precaución pues me estaba incomodando su presencia.
Kilómetro tras kilómetro me seguía sin adelantarme, detras, silencioso. Yo pensaba ya que se trataba de algo muy extraño cuando derepente me adelantó con un gran estruendo, como si se hubiese desbocado un tren.
Se lanzó veloz y desapareció en la siguiente curva. Yo descansé y aminoré la marcha.
Al tomar la curva, por el mísmo lugar que aquél motorista había cogído antes que yo, me topé con un camión accidentado y un coche amarillo. Frené a tiempo.
Quizá aquel que me segía me avisaba de algo y desde luego, nadie lo vió en el accidente. Menos mal que no hubo ninguna desgracia, sólo un susto.
Seguí mi marcha pero pense en que sólo se escuchaba mi motocicleta. Miré de nuevo y allí estaba, con su traje negro y con el casco bien calado, botas oscuras y cierto brillo extraño.
Me incliné levemente a la derecha y él hizo lo mismo, salude pero él no se inmutó, repitió mis movimientos.
Vaya, que gracioso... pensé, me está imitando el capullo. Ahora parecía más cercano.
Seguí vigilando con precaución pues me estaba incomodando su presencia.
Kilómetro tras kilómetro me seguía sin adelantarme, detras, silencioso. Yo pensaba ya que se trataba de algo muy extraño cuando derepente me adelantó con un gran estruendo, como si se hubiese desbocado un tren.
Se lanzó veloz y desapareció en la siguiente curva. Yo descansé y aminoré la marcha.
Al tomar la curva, por el mísmo lugar que aquél motorista había cogído antes que yo, me topé con un camión accidentado y un coche amarillo. Frené a tiempo.
Quizá aquel que me segía me avisaba de algo y desde luego, nadie lo vió en el accidente. Menos mal que no hubo ninguna desgracia, sólo un susto.