Con las Royal Enfield me pasa siempre lo mismo, las veo y pienso que alguna vez tendré una, para disfrute personal, sin acompañante, como segunda moto o como primera moto cuando ya me canse de viajes y salidas largas, sólo para seguir sintiendo el aire en la cara, sin sofisticaciones en equipación, protecciones y todo los arreos que llevamos ahora, volver un poco a los orígenes, cuando me compré mi primera moto y ni siquiera era obligatorio el uso del casco ni en ciudad ni en carretera (fíjate si soy viejuno, jajajaja).