Y este domingo, la calle Aragón, una arteria, cortada para fiestas varias.
Yo ya he vivido esto en otra ciudad, hace años.
Abreviando, el resultado fue que perdieron las elecciones, por esto y otras cosas, se hizo un tramo peatonal ( que total ya lo era ) y nunca más se supo.
Y es lo que va a pasar aquí.
Al cabo de los años y como resultado del rebote electoral ( esto no es un comentario político sino politológico ) la vida de los ciudadanos empeoró.
El símil que se me ocurre es intentar curar a un tipo de obesidad cortándole los brazos. Baja de peso pero...
Pero no hay nada que hacer, es un asunto de salir en prensa y NO QUEDAR MAL bajo ningún concepto.
El otro día la alcaldesa de Esplugues ( aparece en un programa de TV local con frecuencia ) expresaba con orgullo y satisfacción lo mucho que estaban reduciendo la velocidad en Laureà Miró ( que se transforma en Calle Sants al entrar en barcelona hasta Plaza España, unos kilómetros más tarde).
La misma calle de Sants está en proceso de 30 kmh desde ya.
El resultado será un infarto generalizado porque ( mates básicas ) a menos velocidad menos caudal de vehículos, lo que lleva a una de dos, más atascos o más gente en metro pero el metro ya está a tope. Y no va a mejorar. La tercera opción es simplemente vivir peor. Esto es lo que pasará.
Y no es que yo sea un cenizo, es que no hay UN SOLO ejemplo previo, un solo distrito, un solo barrio, donde se demuestre sin género de dudas la genialidad de esta medida tan radical.
Para los de fuera, el clima por aquí es el de tener a unos críos al timón. Vamos hacia las rocas y nadie se acaba de atrever a decir que el rumbo quizá no es el correcto, por si se queda sin mamandurria.
