A mí me gustaría señalar algo que tiene mucho que ver con este hilo y con el modo en que una sociedad totalmente polarizada e influida (por los medios y las redes sociales) está viéndonos a los que continuamos trabajando en estos días tan duros para que todo funcione mínimamente.
Me comenta mi hermana, que vive en La Rioja, que esta mañana, mientras estaba fumando un pitillo en la ventana, escuchó voces e increpaciones desde otra ventana hacia un caballero de edad media que caminaba por la calle Vara de Rey, de Logroño: "¡EH, LISTO. QUÉDATE EN CASA!!"
A semejante arenga se unió otra persona más desde un balcón próximo y se escucharon algunos murmullos de aprobación de algún otro vecino de la misma calle.
El viandante, miró hacia arriba, se apartó un poco hacia la calzada y aligeró el paso, imagino que en prevención de que le arrojasen un tiesto o le escupiesen.
Nadie le preguntó, ni se preguntó, si podía tratarse de uno de tantos profesionales que están hoy dando el callo para que la vida continúe y las cosas funcionen mínimamente: un médico, un transportista, un cajero de supermercado, un reponedor, un mecánico, un funcionario del servicio de aguas, un operario de limpieza, un enfermero, un panadero, un electricista, un calefactor, un farmacéutico, el que reparte el gasóleo de calefacción o cualquier otra persona trabajando o bien "in itínere" hacia su puesto de trabajo.
Sí. El que pueda y el que deba quedarse en su casa, que se quede, pero no nos erijamos en jueces sin causa, sin razones o sin elementos de juicio para condenar lo que hacen los demás. Que cada uno haga lo que deba. Ya están la policía y la Guardia Civil y otros CCFF de Seguridad del Estado para vigilar el debido cumplimiento del confinamiento instaurado por razón del estado de alarma.
Hay empleos y trabajos que para la mayoría de la población pasan desapercibidos y son casi tan importantes y necesarios en esta crisis sanitaria como los que desarrollan los médicos, las enfermeras y las personas que limpian y desinfectan los hospitales.
Ayer mismo se hablaba de ancianos muertos en las residencias y de cadáveres que no se retiraban, se exigían en las redes sociales las cabezas de gerentes y empleados de las mismas; que actuase la Fiscalía de oficio.
Pero hombre por Dios... ¿Nadie se ha puesto en el lugar ni en el momento o en la piel de esos trabajadores? Cuidadores de ancianos que enferman y mueren sin cesar, esos cuidadores también con fiebre, desbordados. Servicio de emergencias y hospitales colapsados, funerarias que cierran y no retiran a los fallecidos
¿Alguien puede ponerse en la piel de estos trabajadores sociales y sanitarios?
Hoy por la mañana la gerente de una de estas residencias llorando y contando que jamás en 30 años había vivido tanto caos y tanta impotencia. Las jóvenes enfermeras contando que las limpiadoras estaban de baja por COVID-19 y que ellas mismas limpiaban y hacían toda clase de trabajos además del suyo propio. Que también tenían fiebre y que sospechaban que igualmente estaban enfermas.
En fin... un poco de empatía. El confinamiento absoluto es imposible.
#QuedateEnCasa ... si puedes.
#QuedateEnCasa ... si debes
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