Entra una anciana en una farmacia y pide un paquete de compresas. La farmacéutica, sorprendida, le pregunta si son para ella, a su edad:
-Pues claro que son para mí. Me las pongo en las zapatillas y me van fenomenal para los pies, que me sudan mucho.
-Uy, señora, para éso tenemos plantillas...