Simplemente, coge tu moto, nueva, vieja... la que tengas, sal y disfruta.
En viajes largos, cortos, deprisa, despacio, paseando, yendo a tomar café.
Por asfalto o por campo, por donde quieras o puedas, cuando y mientras puedas.
Debe ser que últimamente me cuesta algo más disfrutar con ella...