El cazador de barcos, de Justin Scott. Acabado una noche, a la luz de una farola, en el cuartel, mientras hacía la mili, tal cual fue el enganche. 40 años ya.
El perfume, de Patrick Suskind.
Le petit Nicolás, en francés, me los leía todos de niño.
Y de Forsyth, los que quieras.
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