
- Que bello coche tiene usted - comento la monja - debe haber trabajado mucho para poder comprarlo verdad?
- No, no fue así hermana, respondió la rubia, en verdad este coche me lo regaló un empresario que durmió conmigo durante algunos meses.
La monja no dijo nada. Mirando el asiento trasero ve un bellísimo abrigo de visón y se dirige nuevamente a la rubia.
-Su abrigo de piel es muy bonito, le debe haber costado mucho dinero verdad?
-En verdad no me costó mucho, me lo regalaron por unas cuantas noches que pasé con un jugador de futbol...
Entonces la monja no dijo nada mas durante todo el viaje.
Llegando al convento se dirige a su dormitorio y de repente, alguien toca la puerta....
-Quién es?
- Soy yo el Padre Martín!
- Quiere saber una cosa padre? Se puede ir a la mierda ahora mismo..... Usted y sus chocolatitos!!!
