
- Cielo de mi vida, vás a beber algo?
- Razón de mi existencia, que quieres de plato de entrada?
- Mi amor eterno, te gustaría una langosta especial de la casa?
- Querida de mi alma, quieres servirte algo más?
Y así se dirigía a ella con expresiones similares durante toda la hora de la cena.
Se levanta èl y se dirige al mozo:
-¿Me podría dar la cuenta?
El camarero le responde:
- Permitame usted una pregunta, qué maravilla que trate así a su señora todo el tiempo... ¿Cuántos años de casado llevan ustedes?
- Veintisiete años, responde el señor.
- Realmente es un placer ver tratarse un matrimonio así, luego de tantos años. Sorprendido el cliente, le responde:
- Usted no lo entiende, hace ocho años que me olvidé de su nombre!
