Vamos a comparar el agarre del neumático con un velcro. Me acuerdo ahora mismo del Humol Amalillo, cuando los vestían con un traje de velcro (lado duro) y se tiraban contra una diana de velcro (lado blando). Cuanta más superficie de velcro se juntaba (y más tortazo de daban a brazos abiertos) mejor se quedaban pegados. Si por miedo a romperse las narices evitaban darse el gran tortazo poniendo las manos (menor superficie de agarre), se caían al agua. El velcro coge igual por cm[SUP]2[/SUP], pero más velcro unido significa más huella y, por ende, más agarre.
Un neumático muy fino tendrá menos huella y más peso por cm[SUP]2[/SUP], pero también tendrá que repartir un esfuerzo de agarre entre menos cm[SUP]2[/SUP] de adherencia y, entiendo, ese límite de adherencia se alcanzará antes si soporta más peso por cm[SUP]2[/SUP], igual que pasaba con el velcro. El problema está en superar el límite de fricción. En las cajas está clarísimo: una vez superada la adherencia y empieza a deslizar, estamos "derrapando". Ya da igual. Mientras agarran, agarran igual. El tema es cuánta fuerza por cm[SUP]2[/SUP] hace falta para iniciar el deslizamiento, para superar la adherencia. Si la huella es más grande, evidentemente debería tener más lejos el límite de adherencia porque hará falta mucha más fuerza para superar la adherencia que cuando hay una huella menor que soporta mucha más por definición.
Creo que más importante incluso que el ancho del neumático, es la forma de la sección del neumático, más en U (turístico) o más en V (sport), pues una forma en V consigue aumentar la huella en tumbada, precisamente con el fin de aumentar la adherencia. Con un neumático muy fino, no podemos aumentar tanto la huella.