Muy bueno, me recuerda un caso que me ocurrió; un niñato con un cochecito de estos que andan un montón con mas caballos que la diligencia de bonanza, me hace una cerrada que casi me tira al suelo, llego a su altura en la caravana de coches parados, le miro y encima me lia una pelotera, no le hago ni caso y sigo mi marcha entre los coches, llego a mi trabajo.
Por la noche a las 9, entra mi mujer y me dice, se ha apuntado un alumno nuevo a la clase de kenpo-karate adultos y dice que quiere empezar hoy.
Cuando le veo entrar en el tatami me quedo de piedra viendo que era el del coche de la tarde. Me dirijo a él y le digo... hola soy el maestro del gimnasio y también soy el de la moto de esta tarde, si el de la bmw al que has estado a punto de tirar con tu impaciencia y tu complejo de superioridad. Creo que el chaval pensaría aquello de "tierra trágame". Vino tres meses y dejó de vivir en el pueblo por asuntos laborales. Cosas de la vida ;D ;D ;D