Mario_del_Castillo
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Aquella era una gran tribu, y lo era por algo que sólo se consigue con el paso del tiempo: Tenía historia, personalidad, estaba “madura”, tenía sus fieles habitantes que lo eran porque sabían lo que esperaban de ella y… lo recibían.
En aquel lejano mundo ya casi perdido en el tiempo, ellos tenían perfectamente definido su “Rasgo distintivo”. Sus Dragones de guerra no eran -para muchos- los más bonitos, no eran -para todos- los más rápidos, no eran -para quien eso le importara- los más ligeros y manejables…
…Pero eran los más robustos, fiables y bien paridos Dragones salidos del saber ancestral de todos los criadores del gran Pandora….
Cuentan los antiguos que era el Dragón el que te elegía a tí, y no al contrario...
Cuentan también que al poco de cabalgarlo se producía el "Vínculo", una conexión inexplicable que duraría de por vida entre jinete y Dragón...
Uno sentía que podía fiarse ciegamente de aquellos Dragones. Eran muchas y muy largas incursiones en tierras hinóspitas con aquellos fieles compañeros... Muchas piezas abatidas sin fatigarse una sola vez....
Eran Dragones pesados, fuertes. Sabías que obedecían ciegamente, aunque a veces, sus robustas y grandes alas no podían reaccionar a la velocidad de otras más pequeñas... claro que tampoco se rasgaban con los años. No eran Dragones de excitantes vuelos en picado, pero podías llegar con ellos a tierras muy lejanas sólo con aceptar sus "tiempos", su carácter... su nobleza.
Además, su legendaria fortaleza permitía cargarlos de víveres hasta los topes e incluso volar cómodamente con dos cazadores en su segura y amplia grupa...
Los comienzos de aquel emblema guerrero sobre máquinas voladoras y mas adelante sobre monturas usadas en terribles guerras tribales fueron, poco a poco, perfilando una forma de entender, una genética inconfundible a la hora de crear…
Aún hoy la elección sigue estando ahí. Una Dragón robusto, pesado, sobredimensionado y para toda la vida o… uno ligero y que mejore el comportamiento dinámico a cambio de… su fragilidad y duración. Como en la vida, ninguna solución es perfecta, sólo existe la menos mala… para ti.
Así pasaron años felices para aquel pueblo. Todo estaba en su sitio. Fueron naciendo y muriendo muchas tribus que ofrecían “otros Dragones”. Italianos, Ingleses, Españoles… Pero aquella hélice blanquiazul seguía allí, ofreciendo a los miembros del clan lo que ellos habían aprendido a apreciar.
Incluso fue de las pocas aldeas que soportó el brutal ataque de aquella horda de guerreros con los ojos rasgados que pusieron patas arriba aquel mundo… Aquella nueva raza de salvajes monturas tenía muchas virtudes, pero envejecía mal… Algo que, según Pandora fué cambiando, empezó a importar cada vez menos a la mayoría. Las cosas se estaban volviendo… efímeras. El placer ya no se obtenía de conservar, cuidando con tus propias manos, tus posesiones… ahora parecía más atractivo acumular montañas de monedas doradas para poder cambiar de Dragón cada poco…
Aquella vieja y previsible aldea cada vez estaba más sola en aquel mundo de placeres inmediatos. Para muchos estaba perdiendo el tren de la “Era moderna”. Otras tribus ofrecían impecables Dragones, mas ligeros, mas pequeños, mas veloces y… mas vistosos.
En aquel momento se tomó una decisión que perduraría en aquel pueblo para siempre. Los “viejos jefes” decidieron dejar paso a nuevos y apasionados “guerreros”, y con ellos a sus nuevas ideas…
Muchos miembros del clan se alegraron, casi todos estaban de acuerdo en que aquella tribu se merecía mejorar, sobre todo de aspecto. A los Dragones germanos se les notaba visualmente “pesados” y algo añejos…
Pero lo que se pensaba que sólo sería un paso adelante se transformo en algo más…. Se transformó en un cambio de rumbo….
Esa mezcla de valentía y temeridad (que sólo la juventud puede dar) empujó a los nuevos jefes de la tribu a empezar a mirar a las aldeas más cercanas. Querían guerra y la querían ya. No era suficiente con los fieles y seguros miembros del clan. Querían más…. querían capturar a miembros de otras tribus para ser mas grandes, mas poderosos…
Nadie sabe muy bien que ocurrió en aquella noche cerrada junto a la gran hoguera… pero marco el final de la “Edad Antigua” en aquel lejano confín…
Ahora los Dragones de esa tribu son tan ligeros, tecnológicos, manejables y bonitos como cualquier otro Dragón. Pero también se fracturan las alas si la presa es demasiado grande, como todos los demás…
No son mejores ni peores que antes, sólo son… otra cosa.