Pingu
Curveando
Benelli TNT 1130, una moto naked, divertida y facilísima de conducir.
La hemos recogido esta mañana del concesionario de Roma, Max Moto, donde gentilmente nos la ofrecieron para probarla durante todo el fin de semana. Viéndola de cara parece un transformer. La postura de conducción es casi de supermotard, bastante erguida, lo que le confiere una sensación de manejabilidad que no decepciona. En 2 quiebros y 4 curvas callejeando por Roma te sientes capaz de todo con ella. Tiene mucho par y empuja de forma incesante y progresiva. Recupera marchas de forma espectacular, aunque le encanta ir por encima de 7000rpm, que es donde se pone peleona y te va pidiendo más y más. Soltar gas es como las retenciones de los motores boxer, lo que te permite olvidarte mucho de los frenos en carreteras ratoneras, pero no te olvides de que tiene 137cv escondidos por ahí dentro y que cuando salen... salen. A pesar de calzar unas Sportmax en esta unidad de pruebas, no es difícil llegar a derrapar en aceleraciones fuertes. El manillar ancho te permite mover la moto muy fácilmente y de forma natural te ves balanceándola y haciendo eses, comprobando la magnífica respuesta del chasis a los cambios rápidos de dirección. El rugido del motor tiene ese sonido celestial de las motos italianas, roncas y prometedoras de grandes sensaciones. Por los pocos km que le he hecho creo que va a cumplir lo que promete.
Mañana haremos una ruta de 500 km por Umbria, al norte de Roma, donde me han dicho que me divertiré mucho. No tengo la menor duda. Con esta moto se pueden hacer ritmos muy buenos en carreteras de montaña, y aunque sé que en autovía tendré las lógicas limitaciones de una naked, eso es algo que olvidas en cuanto comienzan las curvas. Lo primero que he pensado ha sido que era una moto muy juguetona. Cuando vuelva os contaré.
Os dejo esta foto de hace un ratito, cuando tras cuatro gotas hemos encontrado esta señal divina, como si Dios también quisiera darle gassssssssss:
verdad que tiene un culito precioso?
La hemos recogido esta mañana del concesionario de Roma, Max Moto, donde gentilmente nos la ofrecieron para probarla durante todo el fin de semana. Viéndola de cara parece un transformer. La postura de conducción es casi de supermotard, bastante erguida, lo que le confiere una sensación de manejabilidad que no decepciona. En 2 quiebros y 4 curvas callejeando por Roma te sientes capaz de todo con ella. Tiene mucho par y empuja de forma incesante y progresiva. Recupera marchas de forma espectacular, aunque le encanta ir por encima de 7000rpm, que es donde se pone peleona y te va pidiendo más y más. Soltar gas es como las retenciones de los motores boxer, lo que te permite olvidarte mucho de los frenos en carreteras ratoneras, pero no te olvides de que tiene 137cv escondidos por ahí dentro y que cuando salen... salen. A pesar de calzar unas Sportmax en esta unidad de pruebas, no es difícil llegar a derrapar en aceleraciones fuertes. El manillar ancho te permite mover la moto muy fácilmente y de forma natural te ves balanceándola y haciendo eses, comprobando la magnífica respuesta del chasis a los cambios rápidos de dirección. El rugido del motor tiene ese sonido celestial de las motos italianas, roncas y prometedoras de grandes sensaciones. Por los pocos km que le he hecho creo que va a cumplir lo que promete.
Mañana haremos una ruta de 500 km por Umbria, al norte de Roma, donde me han dicho que me divertiré mucho. No tengo la menor duda. Con esta moto se pueden hacer ritmos muy buenos en carreteras de montaña, y aunque sé que en autovía tendré las lógicas limitaciones de una naked, eso es algo que olvidas en cuanto comienzan las curvas. Lo primero que he pensado ha sido que era una moto muy juguetona. Cuando vuelva os contaré.
Os dejo esta foto de hace un ratito, cuando tras cuatro gotas hemos encontrado esta señal divina, como si Dios también quisiera darle gassssssssss:

verdad que tiene un culito precioso?
