Bueno, no hace falta comentar que no hay nada que lo haga todo. Unas botas de moto (y más estas que son un poco enduro) no sirven para hacer trekking; lo sabemos pero siempre queremos la navaja suiza que no pese.
Bueno, contestando tus dudas desde mi punto de vista.
Las botas son buenas, muy buenas. Protegen del frío y del agua, llevan goretex y protecciones de kevlar en la espinillera. Lo primero te da un margen de transpiración que se agradece mientras conservan la impermeabilidad. Lo segundo te proteje las espinillas.
Cierran estupendamente gracias a dos sujeciones de un plástico que al principio no me dió buena espina pero que debe ser kevlar o similar. Las sujeciones van unidas a un sistema de ajuste de manera que las puedes regular a la micra. La suela interior es muy cómoda y lavable y la exterior tiene el grosor justo y la sensación es que llevas unas de las mejores botas de estas características. Son grandes y algo rígidas y al principio parece que te has uesto las botas de Frankestein. Luego el pie se adapta y te acostumbras. Al principio no tienes la menor sensibilidad de donde está la palanca de cambios o el freno. Llegué a pensar que me había equivocado. En cinco minutos le coges la medida y a la media hora la pierna, la bota y la moto se hacen una sola cosa. Una cosa que me sorprendió es que no pesan lo que imaginas que deberían pesar para su aspecto.
Puedes andar ALGO con las Santiago PERO no son botas para andar. Si vas de viaje largo con ellas lleva a mano unas zapatillas o un calzado ligero. Por propia naturaleza, estas botas son duras, rígidas y por tanto no flexan mucho cuando caminas, aunque no son botas de cross, tampoco son unas adidas.
Lo que no me gusta es la puntera metálica (casi todo el mundo se la acaba quitando) pero por lo demás son las botas que quería. Para trayectos más cortos o ir ligero, tengo las Sneaker que están muy bien.
Saludos,