En el año 86 , durante la mili, estuve en la zona de Vilafranca del Penedes, primero y luego en los Pirineos apando fuegos forestales con el ejercito.
En las imágenes de la simulación no describe ni de lejos el enorme esfuerzo que supone para las personas intentar apagar un incendio.
Subir por zonas impracticables con picos, palas, azadas, mochilas, arrastrar las mangueras de los bomberos llenas de agua en empinadas imposibles, calor abrasador, humo ...
Es durísimo, en pocos minutos de trabaja ya estas destrozado. Pues eso durante cuatro días seguidos.
El mejor recuerdo que tengo de esto, es el trato recibido en las poblaciones afectadas, solidario y humano a más no poder.
Recuerdo la llegada a un pueblo cerca de Vilafranca, con el fuego a las puertas de las casas ... después de mucho esfuerzo, conseguimos pararlo, al atardecer, ya agotados del todo, se reunió a la tropa en la plaza del pueblo, a esperar la llegada de comida. Empezaron a salir las mujeres y hombres de sus casas, a darnos agua, comida, ropa, de todo. Como los de intendencia no podían llegar por estar la carreteras cortadas, nos metieron en sus casas, nos dejaron ducharnos, nos lavaron la ropa militar, una pasada ...
Saludos