D
Dr._Infierno
Invitado
Que pregunta más rara ¿verdad?... Sin embargo es muy importante porque, por ejemplo, saber terminar la frenada coloca al piloto en una circunstancia óptima para iniciar la tumbada. Me explico:
Imaginemos un piloto en un circuito de velocidad. Quiere frenar lo más tarde posible y apura la recta lo que puede. Se le echa la curva encima y aplica freno duro, pero ha calculado mal y llega al punto de giro con la maneta exprimida, justo cuando necesita hacer una tumbada muy rápida: no podrá… y si se empeña en inclinar la moto en esas condiciones es lo más probable que la rueda delantera se vaya. La alternativa es soltar la maneta de forma brusca y tumbar. Mala cosa también, porque se produce un tambaleo en la suspensión que no es el más adecuado para el equilibrio de la moto, justo en el momento en que se inicia el fuerte apoyo lateral de los neumáticos.
¿Solución? Calcular la frenada para poder ir aflojando la maneta justo antes del punto de inicio de la tumbada, de forma que se pueda soltar por completo al inicio del giro, sin grandes conmociones en la suspensiones y sin que estorbe para aplicar contramanillar de manera tan contundente como se precise. Esta suavidad final de la frenada, permite a algunos pilotos continuar reteniendo la moto hasta el mismo ápice, según el tipo de curva… aunque este es tema para discutir en otro hilo.
¿Y como se empieza la frenada? El problema es que cuando se acciona la maneta de forma brusca, el traslado de pesos hacia el tren delantero tarda unas milésimas de segundo en llegar, lo suficiente para que la rueda pueda bloquearse porque es precisamente esa compresión del neumático sobre el asfalto, lo que lo impide. La consecuencia es estrés, aflojar de nuevo maneta y pérdida de tiempo, cuando no entrar pasado. Por tanto, hay que iniciar la frenada con cierto tacto… es solo durante unas décimas de segundo, pero esenciales para poder terminar de exprimir a tope la maneta.
Como casi todo en la vida, la frenada es cuestión de sensibilidad.
Imaginemos un piloto en un circuito de velocidad. Quiere frenar lo más tarde posible y apura la recta lo que puede. Se le echa la curva encima y aplica freno duro, pero ha calculado mal y llega al punto de giro con la maneta exprimida, justo cuando necesita hacer una tumbada muy rápida: no podrá… y si se empeña en inclinar la moto en esas condiciones es lo más probable que la rueda delantera se vaya. La alternativa es soltar la maneta de forma brusca y tumbar. Mala cosa también, porque se produce un tambaleo en la suspensión que no es el más adecuado para el equilibrio de la moto, justo en el momento en que se inicia el fuerte apoyo lateral de los neumáticos.
¿Solución? Calcular la frenada para poder ir aflojando la maneta justo antes del punto de inicio de la tumbada, de forma que se pueda soltar por completo al inicio del giro, sin grandes conmociones en la suspensiones y sin que estorbe para aplicar contramanillar de manera tan contundente como se precise. Esta suavidad final de la frenada, permite a algunos pilotos continuar reteniendo la moto hasta el mismo ápice, según el tipo de curva… aunque este es tema para discutir en otro hilo.
¿Y como se empieza la frenada? El problema es que cuando se acciona la maneta de forma brusca, el traslado de pesos hacia el tren delantero tarda unas milésimas de segundo en llegar, lo suficiente para que la rueda pueda bloquearse porque es precisamente esa compresión del neumático sobre el asfalto, lo que lo impide. La consecuencia es estrés, aflojar de nuevo maneta y pérdida de tiempo, cuando no entrar pasado. Por tanto, hay que iniciar la frenada con cierto tacto… es solo durante unas décimas de segundo, pero esenciales para poder terminar de exprimir a tope la maneta.
Como casi todo en la vida, la frenada es cuestión de sensibilidad.
