Old biker
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No valoramos lo que tenemos cerca!
Si alguien te hablara de una ruta de mas de 600kms a lo largo de una costa de mar bravo, alternando autovias, carreteras y caminos rurales; a través de infinitas curvas de todos los radios posibles; rodeados por un lado, de verdes montañas y escarpados picos y por el otro, de solitarias playas; multitud de sitios para visitar; una gastronomia autóctona basada en marisco, pescado, carnes, verdura y legumbres de primera, a precios asequibles y todo ello regado de buena gente.
Lo más probable es que no te lo creyeras, una broma de cuñado, ya sabes!
Pues no, este lugar existe y se llama el Cantábrico. Mi mujer y yo nos hemos hecho una ruta de 6 días en julio espectacular, y eso que conocemos bastante bien toda esta costa, no quiero pensar lo que puede significar para alguien que la visita por primera vez!
Nuestra ruta ha sido selectiva. No hemos parado en la Costa Vasca, que conocemos muy bien por ser oriundos de alli, ni en los destinos más clásicos de Cantabria y Asturias. Nos hemos centrado en ciudades y pueblos que no conocíamos.
El domingo 29 de junio salimos con nuestra VStrom 650XT desde Bilbao, para llegar, 266kms despues, a Villaviciosa, en Asturias. Todo por la autovía A8, salpicada de curvas rápidas y algo de tráfico en las cecanias de Castro y Laredo.
Al llegar dejamos el equipaje en el Hotel Palacio Carlos l, una céntrica y antigua casona regentada por una madre y su hija, ambas encantadoras. El hotel tiene una ambientación de comienzos del siglo XX, un poco demodé, pero con un sabor especial que lo hace atractivo a nuestros ojos.
Nos dirigimos ahora a Tazones, un bonito pueblo costero enclavado en un risco con casas que asoman al mar y unos cuantos restaurantes en la parte baja, junto al puerto, donde se come de “puturrú de foie” a un precio muy razonable. Nos damos una vuelta por el pueblo disfrutando de las vistas y de sus empinadas cuestas, tras lo cual damos cuenta, con sumo gusto, de nuestra primera experiencia culinaria del viaje en el Centollu, a base de pescado y marisco, nota 10 alto!
Vuelta al hotel, un descanso, duchita y a la calle. Villaviciosa es ahora un sitio de veraneo, pero cuenta con imponentes edificios y casonas antiguas que nos hablan de un noble pasado. Un picoteo, un gintonic en una terraza a la salud de sus pobladores y a la cama con la puesta de sol.
Lunes. Hoy ponemos rumbo a Ribadeo, un paseo de 153 kms asomados al mar. Primer pueblo de Galicia por la costa. Tenemos reservada una habitación en Casa das Indias, junto al mar y a cinco minutos en moto del centro de la ciudad. Es una casa rural enorme y de reciente construcción, rodeada de una inmensa pradera y a un precio buenísimo, muy recomendable! Entramos a Ribadeo por el puente de la A8 que atraviesa la primera Ría Alta, a la que da su nombre, viniendo del este.
La comarca cuenta con unas playas que quitan el hipo. La más conocida de ellas es la Playa de las Catedrales, donde nos dirigimos tras dejar el equipaje. Se llega por un camino estrecho, pero bien asfaltado, que pasa por varias playas, a cada cual más bonita, hasta llegar a la de Las Catedrales. Impresionante! La visitamos en marea baja -no hay otra forma de pisarla- acompañados de unos cuantos turistas (ejem, como nosotros) aunque sin aglomeraciones.
Volvemos hacia la Casa parando en A Cofradía de Rinlo a comer, tal y como nos habían recomendado unos buenos amigos.
Desafortunadamente hoy está cerrada y tenemos que ir a otro restaurante, sin pena ni gloria! El café nos lo tomaremos en el faro de Isla Pancha. Un café mirando al mar desde su base te traslada al infinito. La seducción del mar, la mar, es eso y más allá.
Por la tarde/noche visita a la ciudad con bajada hasta el puerto incluida y cenita en la Pulperia. Un buen cierre a nuestro primer día en “Galicia Calidade”
Martes 1 de julio. Partimos hacia Cedeira, 272kms hacia el oeste por una costa cada vez mas salvaje, solitaria y hermosa. Vamos a recorrer la cara norte de las rías altas.
Atravesamos las Rías de Foz, Viveiro y O Barqueiro, en esta última nos desviamos hacia Estaca de Bares, el punto más al norte de la Peninsula Ibérica. Llegamos al faro de mismo nombre a través de una estrecha pero imponente carretera -nos recuerda mucho a la isla de Skye en los Highlands- naturaleza agreste pero bella al mismo tiempo y sobre todo solitaria, qué lujazo! De alli cogemos otra carretera -camino sería más acertado- comienza con una cuesta muy larga y pronunciada que da bastante respeto vista desde lejos -también de cerca-. Nos lleva, pasando por una antigua base de observacion militar americana y por el Semáforo de Bares, un hotel perdido en la montaña y cerrado temporalmente, hasta el Porto de Bares y su playa. En la distancia podría confundirse con una playa caribeña por su arena blanca, agua esmeralda y rabioso verde a su alrededor. En Porto comemos en la Muller Marina, una tasca que nos recomendó mi hijo que por alli pasó hace un año. Muy recomendable, ahí lo dejo!
Despues de una opípara comida, nos montamos de nuevo en la Vstrom rumbo a Cedeira. Pasamos la Ría de Ortigueira con la intención de subir por el mirador de los acantilados do Cadro pero la niebla y la humedad se nos están echando encima con bastante intensidad y tras consultar con unos paisanos -nos dicen que ni se nos ocurra, habrá mucha mas niebla y humedad arriba- decidimos no arriesgar e ir via O Campo do Hospital.
En Cedeira hemos reservado habitación en el Hostal Chester, junto a la parte antigua de este bonito pueblo. Precio-calidad inmejorable. Dejamos aparcada la moto, el equipaje en la habitación y salimos a pasear, primero hasta el puerto y luego por el casco antiguo disfrutando del anochecer y de las tascas de la zona. De guinda un escocés -famoso café, muy apreciado en Bilbao y alrededores, parecido al irlandes, pero con helado de vainilla en vez de nata- y al catre.
Hoy ha sido un día completo, la etapa reina. Hemos pasado por las seis Rías Altas situadas más al norte: Ribadeo, Foz, Viveiro, Barqueiro, Ortigueira y Cedeira, una joya de la naturaleza todas ellas. Un recorrido espectacular y todavia poco masificado.
Miércoles. Ante la amenaza de lluvia generalizada por la ruta que teníamos prevista, decidimos ir directamente a Lugo y quedarnos dos noches alli.
Salimos sin prisa -solo tenemos 120kms- despues de un buen desayuno en Cedeira. Llueve cada vez más y la carretera está bastante deslizante por lo que nos dedicamos a disfrutar del entorno a velocidad reducida. A unos kms de Lugo pongo el TomTom para que me lleve al hotel sin perdernos. A medida que nos vamos acercando, me va metiendo por unos caminos vecinales bastante curiosos, decido fiarme del TT. Menuda ruta de llegada! seguro que era la más corta y rápida peeero menudas cuestas y menudas revueltas. Hubiera preferido la ruta larga, sobre todo mi mujer que iba apretándome las costillas.
Miércoles y Jueves en Lugo. Estamos alojados en el Eurostars Gran Hotel a un paso del casco antiguo de Lugo, hotelazo a muy buen precio. Dedicamos los dos días a conocer a fondo la ciudad amurallada de Lugo, incluida visita guiada. No hay palabras, nunca había estado en Lugo, pensaba que no me perdía gran cosa! Craso error, es absolutamente increible, sus iglesias, casas, edificios y la muralla, qué MURALLA.
Un campamento romano del año 25 AC convertido en ciudad amurallada durante el siglo II y III DC. Todavía se conserva la muralla y sus torres originales en perfecto estado. Un absoluto must, conocer la ciudad y su historia.
Viernes 4 de julio. Cudillero a 200kms
Vamos por la N640 via Ribadeo, donde recogeremos un cargador que nos dejamos alli el otro día. Carretera fantastica que desemboca en la N642 que discurre por el margen gallego de la Ria de Ribadeo. Desde Ribadeo cogemos nuestra vieja conocida A8 hasta Cudillero.
Hasta hoy no habíamos encontrado mucho turista, pero aquí se vé más gente!
Nos cuesta encontrar La Casona de Pio, una antigua fábrica de conservas reconvertida en hotel. Bien situado, en la parte baja del pueblo junto al puerto, pero metido en un cul de sac sin vistas, además nos toca una habitación con muy poca luz, cachis!
Damos una vuelta por el puerto y aparcamos la moto alli ya que no se puede aparcar en el centro. Recuerda un poco a Tazones, pero en más grande y más turístico. A pesar del renombre de Cudillero no me emociona tanto como otros lugares que hemos visitado en este viaje. Es bonito, desde luego, pero no tanto como me había imaginado (hay que manejar mejor las expectativas!). Comemos en la terraza de un centrico restaurante, disfrutando de la pitanza y del alegre paso de paisanos y foráneos. Subimos a un faro cercano que tiene dos habitaciones que se pueden reservar. Vistas impresionantes -parada para un futuro viaje?-
Vemos la puesta de sol y nos vamos a dormir.
Sabado 5 de julio, vuelta a Bilbao. 325kms
Viaje de regreso a casa sin novedad
Conclusión
Ha sido un viaje tranquilo, sin grandes kilometradas, pero con un gran nivel de disfrute por km recorrido. Paisajes espléndidos de mar y montaña, tiempo mixto pero agradable, carreteras con poco tráfico y buenas curvas ademas de un placer culinario. Añade gente amable y simpática y tienes un magnífico Coctel Cantábrico, los hay de muchos sabores. Pruébalo!











Si alguien te hablara de una ruta de mas de 600kms a lo largo de una costa de mar bravo, alternando autovias, carreteras y caminos rurales; a través de infinitas curvas de todos los radios posibles; rodeados por un lado, de verdes montañas y escarpados picos y por el otro, de solitarias playas; multitud de sitios para visitar; una gastronomia autóctona basada en marisco, pescado, carnes, verdura y legumbres de primera, a precios asequibles y todo ello regado de buena gente.
Lo más probable es que no te lo creyeras, una broma de cuñado, ya sabes!
Pues no, este lugar existe y se llama el Cantábrico. Mi mujer y yo nos hemos hecho una ruta de 6 días en julio espectacular, y eso que conocemos bastante bien toda esta costa, no quiero pensar lo que puede significar para alguien que la visita por primera vez!
Nuestra ruta ha sido selectiva. No hemos parado en la Costa Vasca, que conocemos muy bien por ser oriundos de alli, ni en los destinos más clásicos de Cantabria y Asturias. Nos hemos centrado en ciudades y pueblos que no conocíamos.
El domingo 29 de junio salimos con nuestra VStrom 650XT desde Bilbao, para llegar, 266kms despues, a Villaviciosa, en Asturias. Todo por la autovía A8, salpicada de curvas rápidas y algo de tráfico en las cecanias de Castro y Laredo.
Al llegar dejamos el equipaje en el Hotel Palacio Carlos l, una céntrica y antigua casona regentada por una madre y su hija, ambas encantadoras. El hotel tiene una ambientación de comienzos del siglo XX, un poco demodé, pero con un sabor especial que lo hace atractivo a nuestros ojos.
Nos dirigimos ahora a Tazones, un bonito pueblo costero enclavado en un risco con casas que asoman al mar y unos cuantos restaurantes en la parte baja, junto al puerto, donde se come de “puturrú de foie” a un precio muy razonable. Nos damos una vuelta por el pueblo disfrutando de las vistas y de sus empinadas cuestas, tras lo cual damos cuenta, con sumo gusto, de nuestra primera experiencia culinaria del viaje en el Centollu, a base de pescado y marisco, nota 10 alto!
Vuelta al hotel, un descanso, duchita y a la calle. Villaviciosa es ahora un sitio de veraneo, pero cuenta con imponentes edificios y casonas antiguas que nos hablan de un noble pasado. Un picoteo, un gintonic en una terraza a la salud de sus pobladores y a la cama con la puesta de sol.
Lunes. Hoy ponemos rumbo a Ribadeo, un paseo de 153 kms asomados al mar. Primer pueblo de Galicia por la costa. Tenemos reservada una habitación en Casa das Indias, junto al mar y a cinco minutos en moto del centro de la ciudad. Es una casa rural enorme y de reciente construcción, rodeada de una inmensa pradera y a un precio buenísimo, muy recomendable! Entramos a Ribadeo por el puente de la A8 que atraviesa la primera Ría Alta, a la que da su nombre, viniendo del este.
La comarca cuenta con unas playas que quitan el hipo. La más conocida de ellas es la Playa de las Catedrales, donde nos dirigimos tras dejar el equipaje. Se llega por un camino estrecho, pero bien asfaltado, que pasa por varias playas, a cada cual más bonita, hasta llegar a la de Las Catedrales. Impresionante! La visitamos en marea baja -no hay otra forma de pisarla- acompañados de unos cuantos turistas (ejem, como nosotros) aunque sin aglomeraciones.
Volvemos hacia la Casa parando en A Cofradía de Rinlo a comer, tal y como nos habían recomendado unos buenos amigos.
Desafortunadamente hoy está cerrada y tenemos que ir a otro restaurante, sin pena ni gloria! El café nos lo tomaremos en el faro de Isla Pancha. Un café mirando al mar desde su base te traslada al infinito. La seducción del mar, la mar, es eso y más allá.
Por la tarde/noche visita a la ciudad con bajada hasta el puerto incluida y cenita en la Pulperia. Un buen cierre a nuestro primer día en “Galicia Calidade”
Martes 1 de julio. Partimos hacia Cedeira, 272kms hacia el oeste por una costa cada vez mas salvaje, solitaria y hermosa. Vamos a recorrer la cara norte de las rías altas.
Atravesamos las Rías de Foz, Viveiro y O Barqueiro, en esta última nos desviamos hacia Estaca de Bares, el punto más al norte de la Peninsula Ibérica. Llegamos al faro de mismo nombre a través de una estrecha pero imponente carretera -nos recuerda mucho a la isla de Skye en los Highlands- naturaleza agreste pero bella al mismo tiempo y sobre todo solitaria, qué lujazo! De alli cogemos otra carretera -camino sería más acertado- comienza con una cuesta muy larga y pronunciada que da bastante respeto vista desde lejos -también de cerca-. Nos lleva, pasando por una antigua base de observacion militar americana y por el Semáforo de Bares, un hotel perdido en la montaña y cerrado temporalmente, hasta el Porto de Bares y su playa. En la distancia podría confundirse con una playa caribeña por su arena blanca, agua esmeralda y rabioso verde a su alrededor. En Porto comemos en la Muller Marina, una tasca que nos recomendó mi hijo que por alli pasó hace un año. Muy recomendable, ahí lo dejo!
Despues de una opípara comida, nos montamos de nuevo en la Vstrom rumbo a Cedeira. Pasamos la Ría de Ortigueira con la intención de subir por el mirador de los acantilados do Cadro pero la niebla y la humedad se nos están echando encima con bastante intensidad y tras consultar con unos paisanos -nos dicen que ni se nos ocurra, habrá mucha mas niebla y humedad arriba- decidimos no arriesgar e ir via O Campo do Hospital.
En Cedeira hemos reservado habitación en el Hostal Chester, junto a la parte antigua de este bonito pueblo. Precio-calidad inmejorable. Dejamos aparcada la moto, el equipaje en la habitación y salimos a pasear, primero hasta el puerto y luego por el casco antiguo disfrutando del anochecer y de las tascas de la zona. De guinda un escocés -famoso café, muy apreciado en Bilbao y alrededores, parecido al irlandes, pero con helado de vainilla en vez de nata- y al catre.
Hoy ha sido un día completo, la etapa reina. Hemos pasado por las seis Rías Altas situadas más al norte: Ribadeo, Foz, Viveiro, Barqueiro, Ortigueira y Cedeira, una joya de la naturaleza todas ellas. Un recorrido espectacular y todavia poco masificado.
Miércoles. Ante la amenaza de lluvia generalizada por la ruta que teníamos prevista, decidimos ir directamente a Lugo y quedarnos dos noches alli.
Salimos sin prisa -solo tenemos 120kms- despues de un buen desayuno en Cedeira. Llueve cada vez más y la carretera está bastante deslizante por lo que nos dedicamos a disfrutar del entorno a velocidad reducida. A unos kms de Lugo pongo el TomTom para que me lleve al hotel sin perdernos. A medida que nos vamos acercando, me va metiendo por unos caminos vecinales bastante curiosos, decido fiarme del TT. Menuda ruta de llegada! seguro que era la más corta y rápida peeero menudas cuestas y menudas revueltas. Hubiera preferido la ruta larga, sobre todo mi mujer que iba apretándome las costillas.
Miércoles y Jueves en Lugo. Estamos alojados en el Eurostars Gran Hotel a un paso del casco antiguo de Lugo, hotelazo a muy buen precio. Dedicamos los dos días a conocer a fondo la ciudad amurallada de Lugo, incluida visita guiada. No hay palabras, nunca había estado en Lugo, pensaba que no me perdía gran cosa! Craso error, es absolutamente increible, sus iglesias, casas, edificios y la muralla, qué MURALLA.
Un campamento romano del año 25 AC convertido en ciudad amurallada durante el siglo II y III DC. Todavía se conserva la muralla y sus torres originales en perfecto estado. Un absoluto must, conocer la ciudad y su historia.
Viernes 4 de julio. Cudillero a 200kms
Vamos por la N640 via Ribadeo, donde recogeremos un cargador que nos dejamos alli el otro día. Carretera fantastica que desemboca en la N642 que discurre por el margen gallego de la Ria de Ribadeo. Desde Ribadeo cogemos nuestra vieja conocida A8 hasta Cudillero.
Hasta hoy no habíamos encontrado mucho turista, pero aquí se vé más gente!
Nos cuesta encontrar La Casona de Pio, una antigua fábrica de conservas reconvertida en hotel. Bien situado, en la parte baja del pueblo junto al puerto, pero metido en un cul de sac sin vistas, además nos toca una habitación con muy poca luz, cachis!
Damos una vuelta por el puerto y aparcamos la moto alli ya que no se puede aparcar en el centro. Recuerda un poco a Tazones, pero en más grande y más turístico. A pesar del renombre de Cudillero no me emociona tanto como otros lugares que hemos visitado en este viaje. Es bonito, desde luego, pero no tanto como me había imaginado (hay que manejar mejor las expectativas!). Comemos en la terraza de un centrico restaurante, disfrutando de la pitanza y del alegre paso de paisanos y foráneos. Subimos a un faro cercano que tiene dos habitaciones que se pueden reservar. Vistas impresionantes -parada para un futuro viaje?-
Vemos la puesta de sol y nos vamos a dormir.
Sabado 5 de julio, vuelta a Bilbao. 325kms
Viaje de regreso a casa sin novedad
Conclusión
Ha sido un viaje tranquilo, sin grandes kilometradas, pero con un gran nivel de disfrute por km recorrido. Paisajes espléndidos de mar y montaña, tiempo mixto pero agradable, carreteras con poco tráfico y buenas curvas ademas de un placer culinario. Añade gente amable y simpática y tienes un magnífico Coctel Cantábrico, los hay de muchos sabores. Pruébalo!












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