Bueno Gali, va por ti:
La R26 la encontré en un pajar, pintada de color azul cobalto y sin sistema eléctrico. Parecía proveniente de una subasta del Estado. Costó un año ponerla en movimiento, pero se hizo y aun anda en manos de un amigo por León.
Se me olvidó en la relación anterior una R45 que heredé de mi hermano mayor y que no aprecié demasiado, con excepción del freno trasero, que me salvó en un cruce.
La R50 se la compré a un policía en Filipinas y la traje en barco. Casi seis meses de travesía donde "perdió" algunas piezas. Era preciosa. pasó al museo de motos de Juan Gil, en Hervás, por permuta (un imposible legalizarla) y, creo, que fue de las consumidas por el incendio.
La R80 aun la conservo, es la que utilizo en la Segovianada, aunque pierda cachos cada vez que sale sin su remolque. Ganó parte del premio veterano en el Encuentro GS 25 Aniversario.
La R75/6 es la que más cariño me ha hecho sentir y la que más tiempo ha estado conmigo: casi 19 años, pero una promesa materna pos-trastazo grave hizo que me deshiciera de las viejitas hace unos años. Fue plata, negra y blanca, según el humor de la temporada, me acompañó a todos sitios con un comportamiento impecable. Sus únicas averías lo fueron por desgaste. Y protagonizó una historia de amor preciosa, larga y malacabada, como casi todas. Aun anda por tu tierra, Gali.
De la misma serie, pero posterior era la R90, de un rojo espantoso. Un productor de cine se enamoró de ella en un bar de carretera y no me quedó más remedio que vendérsela allí mismo. Carísima, eso sí, que tuve que volver a casa en autocar con el casco en la mano. Humillante

La R100 me duró un suspiro: uno de mis mejores amigos se mató en ella. Era negra.
La R100RS la compartí con mi hermano, también durante un montón de años. Luego pasó a nuestro otro hermano hasta que se aburrió y la vendió. Impecable con su carenado original y sus maletas: muy elegante.
La R1100 se la compró ¡mi hermana! y, claro, no pudo con el frío, el calor, el agua y el peso. Así que se la quitamos por caridad entre todos los hermanos. Al final, mía. Una verdadera revelación lo de la horquilla nueva. Tanto que pasé a mayores con...
La R1150RS preparada: un trueno (¿verdad Goliat?), pero me tira el campo más que a las abejas y...
Vino la Adventure, que aun conservo y que me enamora cada día.
Anécdotas, como todo el mundo, a borbotones, pero no el caso andar mareando la perdiz a mis compañeros foreros.
Feliz Navidad y un gran año a todos.
Un abrazo fuerte, Gali.