cocoloforo
En rodaje
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He sido propietario de múltiples motos, desde hace muchos años BMW (K 1100, R 850, 1100, 1200 RT y GS...) Y no he podido resistir la tentación de comprarme un bicho-transformer de tres ruedas. Como viejo y clásico motero me gustaría daros mis impresiones.
Reconozco que me atraía eso de las tres ruedas, siempre he pensado que era una buena idea aunque la estética me tiraba para atrás. Lo que no llegaba a entender es por qué triunfan en casi toda Europa y aquí a penas vemos unas pocas (en Valencia sólo he visto otra Fuoco como la mía).
Ahí van mis impresiones.
Al principio la sensación es de cabezona, pesadota y algo rara. No me enamoró en los primeros km. No me fiaba del bloqueo de la dirección y daba no sé que cosa tumbar con este aparato. Pero según pasan los días y km la cosa empieza a ponerse interesante.
Primera sorpresa: la estabilidad ¡en recta! Había oído de sus ventajas en curva, de los roces con el caballete, pero me ha sorprendido lo aplomada que va en recta con una relajación para el conductor impresionante. Es curioso como soporta el viento lateral al mantener la trazada. Una gozada.
En curva va por donde le dices sin rechistar, pero hay que ayudarle un poco, la metes en la trazada y no se inmuta. Invita a inclinar y a descolgarse. Comportamiento total de moto pero con un superplus de estabilidad-seguridad.
En parado pesa, pero su centro de gravedad es muy bajo y cuando las cosas se ponen feas bloqueas la suspensión y simplemente empujas, freno y empujón, ¡no problem!
La frenada es tal como todos la cuentan, ¡espectacular! sólo por la frenada valdría la pena el invento. No sólo frena mucho (dos discos delanteros uno en cada rueda) sino que frena bien, manteniendo la trazada que es lo importante.
Motor: Ahí mis prejuicios han sido mayores, vengo de motos de 100 cv y le falta, para mí, algo de chicha. Sin embargo el monocilíndrico Master de 500 es sorprendentemente suave y lineal, muy dócil (demasiado??).
El resto está a la altura, eso sí, hay que gastarse los cuartos en una pantalla (la Givi queda mejor que la Gilera) y en un baúl. Sobre todo para que el pasajero esté más cómodo y se apoye. Acabados buenos y electrónica de la buena (espero que no de problemas).
Conclusiones: Los españoles somos raros, no entiendo por qué no hemos comprendido este maravilloso invento (del mismo modo que nos negamos al cambio automático en los coches). Es sin duda una puerta al futuro de las motos y si los fabricantes son listos empezarán a sacar más modelos (por ahí ronda el Quadro 3d y 4d, ¡buscad el vídeo en youtube!).
La Fuoco no es sólo una moto de ciudad, donde se muestra más ágil de lo que parece, suave y cómoda, sino que es un descubrimiento para viajar, si no te importa hacer cruceros de 120/130, pues aporta una gran relajación de marcha. Los alemanes ya han sacado hasta neumáticos trail (los Heidi) para esta moto pues su estabilidad en tierra es increible (gracias al aplomo de las dos ruedas delanteras)
Y por último para acabar este ladrillo una petición a Piaggio; ¡por favor una Fuoco con el motor de la Gilera GP 800!
Reconozco que me atraía eso de las tres ruedas, siempre he pensado que era una buena idea aunque la estética me tiraba para atrás. Lo que no llegaba a entender es por qué triunfan en casi toda Europa y aquí a penas vemos unas pocas (en Valencia sólo he visto otra Fuoco como la mía).
Ahí van mis impresiones.
Al principio la sensación es de cabezona, pesadota y algo rara. No me enamoró en los primeros km. No me fiaba del bloqueo de la dirección y daba no sé que cosa tumbar con este aparato. Pero según pasan los días y km la cosa empieza a ponerse interesante.
Primera sorpresa: la estabilidad ¡en recta! Había oído de sus ventajas en curva, de los roces con el caballete, pero me ha sorprendido lo aplomada que va en recta con una relajación para el conductor impresionante. Es curioso como soporta el viento lateral al mantener la trazada. Una gozada.
En curva va por donde le dices sin rechistar, pero hay que ayudarle un poco, la metes en la trazada y no se inmuta. Invita a inclinar y a descolgarse. Comportamiento total de moto pero con un superplus de estabilidad-seguridad.
En parado pesa, pero su centro de gravedad es muy bajo y cuando las cosas se ponen feas bloqueas la suspensión y simplemente empujas, freno y empujón, ¡no problem!
La frenada es tal como todos la cuentan, ¡espectacular! sólo por la frenada valdría la pena el invento. No sólo frena mucho (dos discos delanteros uno en cada rueda) sino que frena bien, manteniendo la trazada que es lo importante.
Motor: Ahí mis prejuicios han sido mayores, vengo de motos de 100 cv y le falta, para mí, algo de chicha. Sin embargo el monocilíndrico Master de 500 es sorprendentemente suave y lineal, muy dócil (demasiado??).
El resto está a la altura, eso sí, hay que gastarse los cuartos en una pantalla (la Givi queda mejor que la Gilera) y en un baúl. Sobre todo para que el pasajero esté más cómodo y se apoye. Acabados buenos y electrónica de la buena (espero que no de problemas).
Conclusiones: Los españoles somos raros, no entiendo por qué no hemos comprendido este maravilloso invento (del mismo modo que nos negamos al cambio automático en los coches). Es sin duda una puerta al futuro de las motos y si los fabricantes son listos empezarán a sacar más modelos (por ahí ronda el Quadro 3d y 4d, ¡buscad el vídeo en youtube!).
La Fuoco no es sólo una moto de ciudad, donde se muestra más ágil de lo que parece, suave y cómoda, sino que es un descubrimiento para viajar, si no te importa hacer cruceros de 120/130, pues aporta una gran relajación de marcha. Los alemanes ya han sacado hasta neumáticos trail (los Heidi) para esta moto pues su estabilidad en tierra es increible (gracias al aplomo de las dos ruedas delanteras)
Y por último para acabar este ladrillo una petición a Piaggio; ¡por favor una Fuoco con el motor de la Gilera GP 800!