Introducción:
Obviamente, supondréis que no estoy hablando de un partido de fútbol, herencia social de otros tiempos, sino del Circo, el Ludus Maximus, la atracción de atracciones más popular del mundo romano.
Aquellos arriesgados aurigas que se jugaban la vida en cada carrera conducían varios tipos de carros: bigas (dos caballos), trigas (tres) o cuadrigas (cuatro), siendo estos últimos los que retenemos en nuestras retinas cuando nos imaginamos las carreras, quizá también como influencia de la mencionada Ben-Hur. Quizá el auriga más afamado en todo el Imperio fue Cayo Apuleyo Diocles, un hispano lusitano que llegó a correr durante veinticuatro años, un gran logro en profesión tan peligrosa. Participó en 4.257 carreras de las que ganó 1.462, victorias que le cosecharon la indecente cantidad de 35 millones de sestercios. Falleció como un gran potentado a los cuarenta y dos años de edad en su villa de Praeneste (Italia)… La costumbre de pagar bien a los corredores no es un invento de la Fórmula 1. Diocles fue un auténtico “Fernando Alonso” de las riendas.
*Utilizado como `Modus vivendi´ y no de manera `Ad péndem litterae´ ( añado frases y cambio unas palabras por otras) de lo escrito por Javier Sanz, un 13 de febrero de 2011, en Historias de la historia.
Como no podía ser de otro modo, el Continental-Circus es la expresión máxima del antiguo hipódromo griego, pero mucho más grande en sus dimensiones y en el negocio y afición que llegó a suscitar. Uno de los grandes tópicos erróneos sobre el Campeonato del mundo de motociclismo es asociarlo a una competición meramente deportiva. Tal vez sí, pero muchísimo tiempo atrás, el Circo era un recinto meramente deportivo donde se realizaban carreras de motos. Hoy la verdadera competición es conseguir dinero, el cómo no importa.
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Hola que hay.
Consuegra, una noche en la que nubes no dejan ver las estrellas.
Dos décadas atrás, desvaneciese, en mí, en parte muy importante u disipada; composición poética breve con la que expresar un solo pensamiento principal.
Ya en el Circo de Roma, a (duunviros) quienes pagaban el espectáculo `Cives[SUP]1[/SUP] y peregrini[SUP]2[/SUP]´; se les entretenía, estos, dejaban de pensar en su vida cotidiana. Hoy se nos sigue entreteniendo.
Queridos amigos, no discutamos con `vehemencia´ sobre trance dado en -cuales quiera sea Circo de entretenimiento- Carrera del campeonato del mundo de motociclismo.
Hala hasta luego
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*Costumbre de Roma. ¡Todos al Circo!
Qué afición hay más popular y visceral que sentarse en la grada de un recinto deportivo lleno a rebosar un cálido día en el inicio del otoño. Multitudes colmando el graderío, vestidas con los colores de sus ídolos, gente repartiendo bebidas y fruslerías entre el respetable, apuestas sobre quien vencerá y quien no, ánimos exaltados y, allí bajo, grandes héroes admirados y deseados por todos…Obviamente, supondréis que no estoy hablando de un partido de fútbol, herencia social de otros tiempos, sino del Circo, el Ludus Maximus, la atracción de atracciones más popular del mundo romano.
Aquellos arriesgados aurigas que se jugaban la vida en cada carrera conducían varios tipos de carros: bigas (dos caballos), trigas (tres) o cuadrigas (cuatro), siendo estos últimos los que retenemos en nuestras retinas cuando nos imaginamos las carreras, quizá también como influencia de la mencionada Ben-Hur. Quizá el auriga más afamado en todo el Imperio fue Cayo Apuleyo Diocles, un hispano lusitano que llegó a correr durante veinticuatro años, un gran logro en profesión tan peligrosa. Participó en 4.257 carreras de las que ganó 1.462, victorias que le cosecharon la indecente cantidad de 35 millones de sestercios. Falleció como un gran potentado a los cuarenta y dos años de edad en su villa de Praeneste (Italia)… La costumbre de pagar bien a los corredores no es un invento de la Fórmula 1. Diocles fue un auténtico “Fernando Alonso” de las riendas.
*Utilizado como `Modus vivendi´ y no de manera `Ad péndem litterae´ ( añado frases y cambio unas palabras por otras) de lo escrito por Javier Sanz, un 13 de febrero de 2011, en Historias de la historia.
Como no podía ser de otro modo, el Continental-Circus es la expresión máxima del antiguo hipódromo griego, pero mucho más grande en sus dimensiones y en el negocio y afición que llegó a suscitar. Uno de los grandes tópicos erróneos sobre el Campeonato del mundo de motociclismo es asociarlo a una competición meramente deportiva. Tal vez sí, pero muchísimo tiempo atrás, el Circo era un recinto meramente deportivo donde se realizaban carreras de motos. Hoy la verdadera competición es conseguir dinero, el cómo no importa.
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Hola que hay.
Consuegra, una noche en la que nubes no dejan ver las estrellas.
Dos décadas atrás, desvaneciese, en mí, en parte muy importante u disipada; composición poética breve con la que expresar un solo pensamiento principal.
Ya en el Circo de Roma, a (duunviros) quienes pagaban el espectáculo `Cives[SUP]1[/SUP] y peregrini[SUP]2[/SUP]´; se les entretenía, estos, dejaban de pensar en su vida cotidiana. Hoy se nos sigue entreteniendo.
Queridos amigos, no discutamos con `vehemencia´ sobre trance dado en -cuales quiera sea Circo de entretenimiento- Carrera del campeonato del mundo de motociclismo.
Hala hasta luego

1 Cives > ciudadanos.
2 Peregrini > extranjeros.
2 Peregrini > extranjeros.