Estaba este hombre, calvo por cierto, paseando por su barrio. Acierta a pasar bajo un balcón y siente que algo le cayó en la cabeza. Con recelo toma lo que le cayó, lo mira bien, mira hacia arriba al balcón y decidido sube la escalera.
Toca la puerta y al momento le abre una señora muy afable que le pregunta:
"¿En qué le puedo ayudar?"
El hombre a su vez le pregunta con amabilidad:
"¿Quienes estan en su balcón, señora?"
Ella muy orgullosa le responde:
"Mi hija y su novio; ¿por qué? ¿pasa algo?"
El hombre con parsimonia le toma la mano y poniéndole en ella lo que le había caído en la cabeza, le dice:
"Tome, aquí tiene a su nieto."

Toca la puerta y al momento le abre una señora muy afable que le pregunta:
"¿En qué le puedo ayudar?"
El hombre a su vez le pregunta con amabilidad:
"¿Quienes estan en su balcón, señora?"
Ella muy orgullosa le responde:
"Mi hija y su novio; ¿por qué? ¿pasa algo?"
El hombre con parsimonia le toma la mano y poniéndole en ella lo que le había caído en la cabeza, le dice:
"Tome, aquí tiene a su nieto."





