
hacer uso de su buen paladar, como catador de vinos, apostando:
-"Mmmm... vino del Rin, cosecha 1974, de buen cuerpo".
-"¡Oooohhhh!"
Boquiabiertos y apantallados, esperan a que el clérigo pruebe la
segunda copa:
-"Cabernet 8 años, de California..."
-"¡Ooohh!"
-"Espléndido vino blanco, barrica de encino".
-"¡Aahhh!"
Pero como le ha atinado a todos, el clásico apostador que no le gusta
perder, pretende hacerle trampa y le dice a su compañera:
-"¡Ándale, mi amor, orínate aquí y no la tires!"
-"¡¿Eh?!"
Le llenan otra y se la dan a probar:
-"Mmmm... mmmmm... rubia, 30 años... 90, 60, 90 ¡y por desgracia, no es
de mi parroquia!"
