Entra un individuo en un bar y le dice al camarero:
-¿Tiene pepinillos?
El camarero responde:
-Sí.
- Pues déme dos pepinillos y una cerveza.
Se coloca los dos pepinillos en ambas orejas, y ¡glup!, se bebe la cerveza. Y se va. Al día siguiente lo mismo, entra y pregunta:
- ¿Tiene pepinillos?
- Sí.
- Dos pepinillos y una cerveza, por favor.
Se pone un pepinillo en cada oreja, y se toma la cerveza de un trago. Y se va.
El dueño del bar le dice al camarero:
- Mañana, cuando venga y te pregunte, le dices que no hay pepinillos, a ver qué pasa.
Al día siguiente se repite la escena:
- ¿Tiene pepinillos?
El camarero: -No.
- Pues póngame dos plátanos y una cerveza.
El camarero le da los plátanos y la cerveza. El buen hombre se pone un plátano en cada oreja y se toma la cerveza de un trago.
El camarero le pregunta:
- ¿Por qué se ha puesto los plátanos en las orejas?
- ¡Toma! Pues porque no tiene pepinillos…