Este hombre de pueblo con poca cultura pero con bastante bolsa, baja al ginecólogo con su hija de 18, para una revisión.
En la consulta la muchacha explica al Doctor que hace algún tiempo que se siente inquieta y que nota como un cosquilleo en sus partes. (la mucha es una moza de muy buen ver).
El médico después de una exploración le dice al padre:
Mire caballero, a su hija lo que ocurre es que está en el momento en que la naturaleza despierta y lo que le iría bien es un COITO.
El bueno del hombre, dentro de su precaria cultura, contesta:Mire señor doctor, hemos bajado del pueblo para que a mi hija me la arreglen y si es por dinero pida Usted, pero antes de que salgamos de aquí, si a mi hija le hace falta un coito pues Usted se lo da y acabamos.
-Mire- dice el Doctor sonriendo- yo creo que no debería
-oiga Doctor pues si hace falta y Usted no puede llame a otro médico que sea especialista.
En esto entra en la consulta un jovenzuelo, que estaba realizando el MIR y le dice el Doctor. Mira, este Señor quiere que arreglemos a su hija y la única solución seria un coito. ¿estarías dispuesto a ayudarle?
El joven galeno mirando a la moza, no se lo piensa dos veces, así que accede. Pasan detrás de un paraban y comienzan la faena, mientras el padre de la susodicha aguardaba con el doctor sentados en la consulta.
Hablando del tiempo, como suele ser habitual en estos casos, escuchaban gemidos y alaridos tanto de la chica como del joven. Pasaban los minutos y el alborozo iba increscendo, hasta que el disturbio era tal, que el padre alertado le comenta al Doctor.
SEÑOR DOCTOR, POR QUE USTED Y YO SABEMOS QUE LE ESTAN HACIENDO UN COITO, QUE SI NO PENSARÍA QUE SE LA ESTAN TIRANDO
En la consulta la muchacha explica al Doctor que hace algún tiempo que se siente inquieta y que nota como un cosquilleo en sus partes. (la mucha es una moza de muy buen ver).
El médico después de una exploración le dice al padre:
Mire caballero, a su hija lo que ocurre es que está en el momento en que la naturaleza despierta y lo que le iría bien es un COITO.
El bueno del hombre, dentro de su precaria cultura, contesta:Mire señor doctor, hemos bajado del pueblo para que a mi hija me la arreglen y si es por dinero pida Usted, pero antes de que salgamos de aquí, si a mi hija le hace falta un coito pues Usted se lo da y acabamos.
-Mire- dice el Doctor sonriendo- yo creo que no debería
-oiga Doctor pues si hace falta y Usted no puede llame a otro médico que sea especialista.
En esto entra en la consulta un jovenzuelo, que estaba realizando el MIR y le dice el Doctor. Mira, este Señor quiere que arreglemos a su hija y la única solución seria un coito. ¿estarías dispuesto a ayudarle?
El joven galeno mirando a la moza, no se lo piensa dos veces, así que accede. Pasan detrás de un paraban y comienzan la faena, mientras el padre de la susodicha aguardaba con el doctor sentados en la consulta.
Hablando del tiempo, como suele ser habitual en estos casos, escuchaban gemidos y alaridos tanto de la chica como del joven. Pasaban los minutos y el alborozo iba increscendo, hasta que el disturbio era tal, que el padre alertado le comenta al Doctor.
SEÑOR DOCTOR, POR QUE USTED Y YO SABEMOS QUE LE ESTAN HACIENDO UN COITO, QUE SI NO PENSARÍA QUE SE LA ESTAN TIRANDO
