Manolo y Venancio deciden ir a cazar alces al Canadá y contratan a un guía de origen francés para tal efecto. El francés les informa:
"Senogues, yo soy Francsua y mi companego es Piegr. Piegr tocagá un cuegno que emite el sognido del alce hembgra; esto hagrá que el alce macho salga cong sus instintogs segsuales a buscag a la hembgra. Cuando salga, ustegdes dispagan, ¿entendiegon?"
Los tontilandeses, que tienen un sentido de captación agudo, contestan muy emocionados:
"¡Sí! ¡Sí!"
El guía galo ordena:
"¡Pieeeeg, toca el cuegno!"
De inmediato, Pierre toma el cuerno y lo hace sonar:
"¡Mmmmmuuuuuuuuuuuuuhhhhhhh!"
En un santiamén, el alce sale a buscar a la hembra y los tontilandeses disparan... pero fallan. El guía insiste:
"Senogues, pog favog haganme caso. Cuando Pieg suene el cuegno; el alce salgdrá con sus instintos segsuales a buscag a la hembgra y entoncegs usteges dispagan, ¿ahogra si entendiegon?"
"¡Sí! ¡Sí! ¡Ya entendimos, cabrón!", le responden aún emocionados.
"¡Pieeeeeeeegggg, suena el cuegno!"
"¡Mmmmmuuuuuuuuuuuuuhhhhhhh!"
Y otra vez, sale el alce rápidamente y los tontilandeses disparan... y fallan de nuevo.
El francés, enojado, les reprende:
"¡¡Senoges, entiendang, pog favooog, cuango Pieg suegne el cuegno el alce sale gápidamengte con sus instintogs segsuales a buscag a la hembgra y ustedes dispagan!!"
"¡Wi, wi, cabrón, ya déjanos cazar, idiota!"
"Pues que sea la última vegz que se los digo pogque ya van dos vecegs que el alce se monta a Pieg".
"Senogues, yo soy Francsua y mi companego es Piegr. Piegr tocagá un cuegno que emite el sognido del alce hembgra; esto hagrá que el alce macho salga cong sus instintogs segsuales a buscag a la hembgra. Cuando salga, ustegdes dispagan, ¿entendiegon?"
Los tontilandeses, que tienen un sentido de captación agudo, contestan muy emocionados:
"¡Sí! ¡Sí!"
El guía galo ordena:
"¡Pieeeeg, toca el cuegno!"
De inmediato, Pierre toma el cuerno y lo hace sonar:
"¡Mmmmmuuuuuuuuuuuuuhhhhhhh!"
En un santiamén, el alce sale a buscar a la hembra y los tontilandeses disparan... pero fallan. El guía insiste:
"Senogues, pog favog haganme caso. Cuando Pieg suene el cuegno; el alce salgdrá con sus instintos segsuales a buscag a la hembgra y entoncegs usteges dispagan, ¿ahogra si entendiegon?"
"¡Sí! ¡Sí! ¡Ya entendimos, cabrón!", le responden aún emocionados.
"¡Pieeeeeeeegggg, suena el cuegno!"
"¡Mmmmmuuuuuuuuuuuuuhhhhhhh!"
Y otra vez, sale el alce rápidamente y los tontilandeses disparan... y fallan de nuevo.
El francés, enojado, les reprende:
"¡¡Senoges, entiendang, pog favooog, cuango Pieg suegne el cuegno el alce sale gápidamengte con sus instintogs segsuales a buscag a la hembgra y ustedes dispagan!!"
"¡Wi, wi, cabrón, ya déjanos cazar, idiota!"
"Pues que sea la última vegz que se los digo pogque ya van dos vecegs que el alce se monta a Pieg".