
Los golpes se vuelven a escuchar, sólo que con mayor insistencia.
La esposa, con el sueño espantado, preguntó con preocupación:
- ¿No vas a ver quien es?
El hombre, con tal de complacer a su mujer, saltó de la cama, bajó las escaleras y desde la puerta gritó:
- ¿Quién es?.
- Soy yo, Danieeel!!!!, Hic! - dijo una voz casi ininteligible y entrecortada por el hipo, y siguió- "Vecinooo, hic, por favor, me podría dar un empujoncito? Hic!....
- No!!! No me moleste!!! Son casi las 3 de la mañana!!! ¡¡¡Además está lloviendo mucho!!! ¿Cómo es posible que despierte a la gente con sus impertinencias!!!, - y azotó la puerta.
Cuando volvió a su habitación le contó a su esposa lo ocurrido, y ella le reprocha:
- ¡¡¡Parece mentira!!! ¿Cómo pudiste hacerle eso? Ya se te olvidó aquella noche en la que estaba cayendo un tremendo aguacero y el coche se nos descompuso? El vecino amablemente se ofreció para ir por los niños a casa de mi mamá. ¿Qué hubieras sentido si ese día el hubiera reaccionado con nosotros de la misma forma que tú ahora?
- Mi amor, pero está borracho...!!!
- Eso no tiene nada que ver con que hoy te necesite, debería darte pena!!!
El hombre comenzó a sentir remordimientos, por lo que se vistió, bajó otra vez las escaleras y fue a buscar a su vecino al jardín, como estaba muy oscuro y lloviendo, no lo podía ver, y gritó:
- Vecinooooooo! Todavía necesita el empujón?
- Ss-siiii, cab...ón.. ¡hic!.. Por favoooor!!!
- Oiga, pero, ¿dónde está que no lo veo?
- Aquiiii!... Hic, hic! En el columpioooooo!!!
