Hay una carretera que le tengo especial cariño, tiene buenos arcenes, es amplia su firme perfecto, curvas de todo tipo, con cambio de rasante, derecha-izquierda-derecha, peraltadas, sin peralte...como Nürburgring pero a la gallega. Apenas tiene tráfico, por no decir que te cruzas con dos coches, la mayoría de las veces ninguno en cuarenta minutos de placer.
Y de cuando en vez, le miro la presión a las ruedas, le quito las maletas, y me voy a dar un paseo, no voy lento ni despacio, voy ligerito, a veces y según el día hasta voy de paseo con la visera abierta, las gafas de sol puestas y sin pasar de ochenta, puro placer, el aire, el sonido del motor, alargando el par en quinta, sin tocar freno nunca...
Pero un día decido..ir ligerito, puedo cerrar los ojos y salvo las curvas ciegas que siempre las hago con margen de sobra...ir por carriles, como aquel guardia en su Rt que conducía mirando a su compañero -con una mano en el manillar y la otra apoyada en el asiento del pasajero- que lo seguía a pocos metros, tomando las curvas por la inclinación que le anticipaba este último...
Las curva se acercaban, apoyaba el pie en la estribera, contramanillar Y deslizaba el culo de un lado a otro y el asfalto se acercaba a mi cara, el motor respiraba alegre y enlazaba curva tras curva, con una sonrisa de oreja a oreja mientras tatareaba una canción entre dientes... mientras el boxer me hace los coros...
Ese momento es como si todo lo que pasara a tu alrededor estuviese a cámara lenta, menos tu y la moto que vais a cámara rápida. El éxtasis...
Y de golpe ... , desaparece la magia, en plena recta un cristal imaginario que está delante tuya, protegiéndote de todo, se rompe en mil pedazos... y vuelvo a la realidad...
Me acababa de adelantar una CBR, de las del año, como esos vinos de cosecha con sabor a uva madura, sin toques de madera....y tomillo..., no me seguía ...tres curvas antes...no la había visto...o venía muy rápido o se incorporó de otra dimensión, pero lo cierto es que me rompió el cristal... dejé de ver asfalto para ver una moto y un conductor. Esos que te adelantan en recta, pero que intuyes que te lo vas a comer al llegar a la curva, porque el tiene veinte años, tiene una CBR, y no quiere aprender como se debe hacer, es joven, es valiente, tiene moto y no va consentir que el de la BMW de un pureta vaya delante, porque yo llevo un hierro y el lleva el espíritu Repsol.
La curva se aproxima, es una de izquierdas en descenso, que se cierra al final, una de esas curvas que hay que sacrificar para salir después con ganas aprovechando par y neumático.
El lleva su trazada va pegado a la línea continua, yo voy por el arcén, lo veo venir y toco freno sacrificando mucho,... se que va a frenar en plena tumbada porque se cierra y se la traga y todavía no lo sabe...
Cuando yo empiezo la tumbada a el se le enciende el piloto de freno, la moto se pone derecha con medio coletazo, y le paso por dentro y el se hace un recto entrando en el arcén... Pienso en su nuca erizada, en su corazón deteniéndose, palpitando lenta y profundamente, en sus ojos como platos que ven como el arcén se acaba y todavía no sabe como va a salir de esta.... lo sigo por el retrovisor ha salido del atasco, se le amontonó el chollo pero entró al final...
Ahora va derecho, tieso, me mantiene la distancia.... se le ha esfumado el espíritu Repsol, a lo mejor no regresa....
Y de cuando en vez, le miro la presión a las ruedas, le quito las maletas, y me voy a dar un paseo, no voy lento ni despacio, voy ligerito, a veces y según el día hasta voy de paseo con la visera abierta, las gafas de sol puestas y sin pasar de ochenta, puro placer, el aire, el sonido del motor, alargando el par en quinta, sin tocar freno nunca...
Pero un día decido..ir ligerito, puedo cerrar los ojos y salvo las curvas ciegas que siempre las hago con margen de sobra...ir por carriles, como aquel guardia en su Rt que conducía mirando a su compañero -con una mano en el manillar y la otra apoyada en el asiento del pasajero- que lo seguía a pocos metros, tomando las curvas por la inclinación que le anticipaba este último...
Las curva se acercaban, apoyaba el pie en la estribera, contramanillar Y deslizaba el culo de un lado a otro y el asfalto se acercaba a mi cara, el motor respiraba alegre y enlazaba curva tras curva, con una sonrisa de oreja a oreja mientras tatareaba una canción entre dientes... mientras el boxer me hace los coros...
Ese momento es como si todo lo que pasara a tu alrededor estuviese a cámara lenta, menos tu y la moto que vais a cámara rápida. El éxtasis...
Y de golpe ... , desaparece la magia, en plena recta un cristal imaginario que está delante tuya, protegiéndote de todo, se rompe en mil pedazos... y vuelvo a la realidad...
Me acababa de adelantar una CBR, de las del año, como esos vinos de cosecha con sabor a uva madura, sin toques de madera....y tomillo..., no me seguía ...tres curvas antes...no la había visto...o venía muy rápido o se incorporó de otra dimensión, pero lo cierto es que me rompió el cristal... dejé de ver asfalto para ver una moto y un conductor. Esos que te adelantan en recta, pero que intuyes que te lo vas a comer al llegar a la curva, porque el tiene veinte años, tiene una CBR, y no quiere aprender como se debe hacer, es joven, es valiente, tiene moto y no va consentir que el de la BMW de un pureta vaya delante, porque yo llevo un hierro y el lleva el espíritu Repsol.
La curva se aproxima, es una de izquierdas en descenso, que se cierra al final, una de esas curvas que hay que sacrificar para salir después con ganas aprovechando par y neumático.
El lleva su trazada va pegado a la línea continua, yo voy por el arcén, lo veo venir y toco freno sacrificando mucho,... se que va a frenar en plena tumbada porque se cierra y se la traga y todavía no lo sabe...
Cuando yo empiezo la tumbada a el se le enciende el piloto de freno, la moto se pone derecha con medio coletazo, y le paso por dentro y el se hace un recto entrando en el arcén... Pienso en su nuca erizada, en su corazón deteniéndose, palpitando lenta y profundamente, en sus ojos como platos que ven como el arcén se acaba y todavía no sabe como va a salir de esta.... lo sigo por el retrovisor ha salido del atasco, se le amontonó el chollo pero entró al final...
Ahora va derecho, tieso, me mantiene la distancia.... se le ha esfumado el espíritu Repsol, a lo mejor no regresa....