No sé si es sugestión mía, pero ahora que ya se han ido (gracias a Dios) los calores estivales, cuando ruedo con la abuela y el fresquito mañanero acaricia sus perolos, parece que la abuela va mejor, incluso la caja de cambios se vuelve más suave. Es que yo creo que tanto calor no es bueno a ciertas edades, es mejor el fresquito, aunque corramos el riesgo de resfriarnos, pero eso será cuando entre el frío de verdad...
