Juan Xixon
Arrancando
Copiado de La Nueva España. www.lne.es
El milagro de Ebely en la selva de Perú
Encontrada viva, con heridas graves, la madre del bebé superviviente del siniestro del avión, que utilizó su cuerpo para proteger al pequeño
Los equipos de rescate que trabajan entre los escombros del avión siniestrado el pasado martes en Perú -en el que falleció una española, natural de Zaragoza y residente en Londres- no daban crédito ayer a lo que algunos medios bautizaron como «el milagro de Eleby». El número de supervivientes en el accidente, ocurrido en la selvática ciudad de Pucallpa, al este del país, se incrementó delante de sus propios ojos de 58 a 59 después de que localizaran, en estado grave, a una mujer, según confirmó ayer la aerolínea estatal TANS, propietaria del aparato siniestrado. El hallazgo conmocionó a la opinión pública peruana, ya que la mujer es la madre del niño de año y medio que logró sobrevivir al accidente.
La peruana Ebely González fue encontrada entre los matorrales que rodean la zona donde cayó el martes la nave de TANS, con 98 personas a bordo. Sus familiares en Lima quieren que la joven sea trasladada a Lima cuanto antes, pero los médicos todavía no autorizan su evacuación por su estado de salud. La mujer presenta graves quemaduras en el cuerpo, ya que protegió durante todo el tiempo que pudo a su pequeño, sirviendo de «escudo humano», para librarlo de las llamas. Por su parte, el hijo de Ebely fue uno de los primeros niños en viajar ayer a Lima, junto a otros 18 heridos, aquejado por múltiples fracturas en la cabeza.
La solidaridad y los esfuerzos de los heridos fueron clave para que 59 personas sobrevivieran a la tragedia aérea de la selva peruana, según relataron los turistas italianos que salvaron sus vidas. La pareja formada por Simone Simoni y Letizia Onorati describieron en el Hospital Provincial de Pucallpa, donde fueron atendidos antes de trasladarlos a Lima, cómo «sintieron que el fuego venía por todas partes». «Estamos vivos gracias a la ayuda espontánea que nos dimos unos a otros, sin necesidad de compartir el mismo idioma», recalcaron. Según sus testimonios, los aproximadamente 30 minutos que transcurrieron entre el impacto del Boeing 737-200 de la aerolínea peruana Tans -con 98 personas a bordo- y las explosiones fueron aprovechados por los supervivientes para armar cadenas humanas y sobreponerse al fuego, no hundirse en el fango y llegar con vida a tierra firme.
Las explosiones, de acuerdo con el relato, fueron cuatro y recordaron que uno de los momentos más duros fue cuando se inició el fuego «en forma de ola» y que llegó desde la parte delantera del aparato. Simone Simoni, un escultor de 34 años, explicó que otro factor que jugó a favor de la pareja fue que estaban sentados al lado de las puertas de emergencia, en el centro del avión, donde se formó una grieta y por donde pudieron escapar junto a otros heridos. Por su parte, la experta financiera Letizia Onorato, de 27 años y con quemaduras en el rostro, piernas y brazos, no pudo evitar las lágrimas al recordar los dramáticos momentos vividos.
Por otro lado, la familia de la joven de Tarazona (Zaragoza) Eva María Gonzalo Torrellas, de 27 años, fallecida en el accidente, todavía no ha tomado una decisión sobre la repatriación del cadáver o la incineración. Así lo indicó ayer el delegado del Gobierno en Aragón en funciones y subdelegado en la provincia de Zaragoza, Juan José Rubio, quien precisó que la familia podrá adoptar esta decisión hoy mismo. Durante la mañana de ayer, desde la Delegación del Gobierno en Aragón se mantuvo contacto permanente con la familia de la joven, que viajaba en compañía de una amiga, también fallecida.
El milagro de Ebely en la selva de Perú
Encontrada viva, con heridas graves, la madre del bebé superviviente del siniestro del avión, que utilizó su cuerpo para proteger al pequeño
Los equipos de rescate que trabajan entre los escombros del avión siniestrado el pasado martes en Perú -en el que falleció una española, natural de Zaragoza y residente en Londres- no daban crédito ayer a lo que algunos medios bautizaron como «el milagro de Eleby». El número de supervivientes en el accidente, ocurrido en la selvática ciudad de Pucallpa, al este del país, se incrementó delante de sus propios ojos de 58 a 59 después de que localizaran, en estado grave, a una mujer, según confirmó ayer la aerolínea estatal TANS, propietaria del aparato siniestrado. El hallazgo conmocionó a la opinión pública peruana, ya que la mujer es la madre del niño de año y medio que logró sobrevivir al accidente.
La peruana Ebely González fue encontrada entre los matorrales que rodean la zona donde cayó el martes la nave de TANS, con 98 personas a bordo. Sus familiares en Lima quieren que la joven sea trasladada a Lima cuanto antes, pero los médicos todavía no autorizan su evacuación por su estado de salud. La mujer presenta graves quemaduras en el cuerpo, ya que protegió durante todo el tiempo que pudo a su pequeño, sirviendo de «escudo humano», para librarlo de las llamas. Por su parte, el hijo de Ebely fue uno de los primeros niños en viajar ayer a Lima, junto a otros 18 heridos, aquejado por múltiples fracturas en la cabeza.
La solidaridad y los esfuerzos de los heridos fueron clave para que 59 personas sobrevivieran a la tragedia aérea de la selva peruana, según relataron los turistas italianos que salvaron sus vidas. La pareja formada por Simone Simoni y Letizia Onorati describieron en el Hospital Provincial de Pucallpa, donde fueron atendidos antes de trasladarlos a Lima, cómo «sintieron que el fuego venía por todas partes». «Estamos vivos gracias a la ayuda espontánea que nos dimos unos a otros, sin necesidad de compartir el mismo idioma», recalcaron. Según sus testimonios, los aproximadamente 30 minutos que transcurrieron entre el impacto del Boeing 737-200 de la aerolínea peruana Tans -con 98 personas a bordo- y las explosiones fueron aprovechados por los supervivientes para armar cadenas humanas y sobreponerse al fuego, no hundirse en el fango y llegar con vida a tierra firme.
Las explosiones, de acuerdo con el relato, fueron cuatro y recordaron que uno de los momentos más duros fue cuando se inició el fuego «en forma de ola» y que llegó desde la parte delantera del aparato. Simone Simoni, un escultor de 34 años, explicó que otro factor que jugó a favor de la pareja fue que estaban sentados al lado de las puertas de emergencia, en el centro del avión, donde se formó una grieta y por donde pudieron escapar junto a otros heridos. Por su parte, la experta financiera Letizia Onorato, de 27 años y con quemaduras en el rostro, piernas y brazos, no pudo evitar las lágrimas al recordar los dramáticos momentos vividos.
Por otro lado, la familia de la joven de Tarazona (Zaragoza) Eva María Gonzalo Torrellas, de 27 años, fallecida en el accidente, todavía no ha tomado una decisión sobre la repatriación del cadáver o la incineración. Así lo indicó ayer el delegado del Gobierno en Aragón en funciones y subdelegado en la provincia de Zaragoza, Juan José Rubio, quien precisó que la familia podrá adoptar esta decisión hoy mismo. Durante la mañana de ayer, desde la Delegación del Gobierno en Aragón se mantuvo contacto permanente con la familia de la joven, que viajaba en compañía de una amiga, también fallecida.