El tigre de Don Juan contemplaba todo lo que sucedía desde la parte de atrás de los barrotes de su jaula. A menudo veía llegar a su amo en helicóptero acompañado de otros humanos y la conversación que tenían incluían palabras como “euros”, “comisiones”, “terrenos”, “recalificación”, “blanqueo”, “juez”, “alcaldesa”......Un ramillete de motes que al tigre de Don Juan no le decían nada. El felino soñaba con la selva de sus ancestros, pero se había de conformar con la prisión de lujo de la finca “La Caridad”, en San Pedro de Alcántara, uno de los núcleos de Marbella. Allí, el amo disponía de todo el lujo necesario para una vida de placeres: la residencia principal, con un salón de 300 metros cuadrados, una casa para los invitados y otra para el servicio, una capilla, una colección de obras de arte, un centenar de caballos de pura sangre..........
El tigre aún recuerda con estupor el día en que vio entrar en la finca a unos humanos trajinando las cabezas disecadas de un elefante, una girafa, tres osos, una familia de leones, una cebra y un guepardo. También había el cuerpo entero de un cocodrilo. “Son trofeos de cacería de Don Juan”, comentaban los trabajadores.
La semana pasada hubo un movimiento inusual en la finca. Un día, de buena mañana, el tigre vio como se acercaban a su jaula unos humanos armados y uniformados. Los recibió con un rígido espantoso. El felino estaba de mala leche. Aquella noche había vuelto a soñar con los espacios abiertos de la selva.
La realidad es cruda y el pobre tigre no tenía ni idea y aún no sabe que ha vivido engañado todos estos años. La autentica selva no hace falta ir la a buscar tan lejos: Esta en Marbella, donde su amo, el “asesor urbanístico” Juan Antonio Roca, ha comprado, hasta ahora, voluntades y favores mientras el poder político y el judicial miraban hacía otro lado. El tigre, sin saberlo, tenia la jaula en plena selva i su amo era el rey.
De mi buen amigo y periodista Toni Pascual
Francesc
Foto: Un detalle del "pavellón de caceria" de la finca de Roca en Marbella.
El tigre aún recuerda con estupor el día en que vio entrar en la finca a unos humanos trajinando las cabezas disecadas de un elefante, una girafa, tres osos, una familia de leones, una cebra y un guepardo. También había el cuerpo entero de un cocodrilo. “Son trofeos de cacería de Don Juan”, comentaban los trabajadores.
La semana pasada hubo un movimiento inusual en la finca. Un día, de buena mañana, el tigre vio como se acercaban a su jaula unos humanos armados y uniformados. Los recibió con un rígido espantoso. El felino estaba de mala leche. Aquella noche había vuelto a soñar con los espacios abiertos de la selva.
La realidad es cruda y el pobre tigre no tenía ni idea y aún no sabe que ha vivido engañado todos estos años. La autentica selva no hace falta ir la a buscar tan lejos: Esta en Marbella, donde su amo, el “asesor urbanístico” Juan Antonio Roca, ha comprado, hasta ahora, voluntades y favores mientras el poder político y el judicial miraban hacía otro lado. El tigre, sin saberlo, tenia la jaula en plena selva i su amo era el rey.
De mi buen amigo y periodista Toni Pascual
Francesc
Foto: Un detalle del "pavellón de caceria" de la finca de Roca en Marbella.
