Entra un hombre en un restaurante y le dice al camarero:
"Qué se apuesta usted a que averiguo el menú sólo con oler los cubiertos"
El camarero dice venga, si lo adivina le invito a comer, y sienta al cliente, le dá unos cubiertos sucios y el hombre dice:
"De primero sopa de fideos y de segundo pato a la naranja"
El camarero alucinado por el acierto no tiene más remedio que invitarle a comer.
Al día siguiente el hombre vuelve al restaurante y le dice al camarero:
"Después de lo de ayer no tendrá usted ganas de repetir la apuesta"
El camarero indignado dice "por supuesto", eso no lo repite usted dos veces, y le vuelve a sentar con los cubiertos usados.
El hombre los huele y afirma:
"Puré de verduras y chuletas de cordero con guarnición"
El camarero asombrado no tiene más remedio que invitarle a comer.
La situación se repite durante toda la semana, y el lunes siguiente cuando el hombre entra de nuevo, el camarero tenía ya un cabreo importante. Así que piensa:
"Voy a hacer lo que sea para que este no se coma más menús gratis"
Cuando el cliente le cita para oler los cubiertos, éste se marcha a la cocina y le dice a la cocinera:
"Chari, pásate éste tenedor por el chichi (con perdón) que este hijo p_t_ no vuelve a comer gratis"
La Chari extrañada se lo pasa, y el camarero sonriente se acerca a la mesa del hombre con el tenedor en la mano. Se lo dá a oler seguro de que ésta vez no lo adivinará y el hombre, tras un rato olfateando dice:
¡¡¡COOOÑOOO, no me digas que la Chari trabaja aquí!!!
"Qué se apuesta usted a que averiguo el menú sólo con oler los cubiertos"
El camarero dice venga, si lo adivina le invito a comer, y sienta al cliente, le dá unos cubiertos sucios y el hombre dice:
"De primero sopa de fideos y de segundo pato a la naranja"
El camarero alucinado por el acierto no tiene más remedio que invitarle a comer.
Al día siguiente el hombre vuelve al restaurante y le dice al camarero:
"Después de lo de ayer no tendrá usted ganas de repetir la apuesta"
El camarero indignado dice "por supuesto", eso no lo repite usted dos veces, y le vuelve a sentar con los cubiertos usados.
El hombre los huele y afirma:
"Puré de verduras y chuletas de cordero con guarnición"
El camarero asombrado no tiene más remedio que invitarle a comer.
La situación se repite durante toda la semana, y el lunes siguiente cuando el hombre entra de nuevo, el camarero tenía ya un cabreo importante. Así que piensa:
"Voy a hacer lo que sea para que este no se coma más menús gratis"
Cuando el cliente le cita para oler los cubiertos, éste se marcha a la cocina y le dice a la cocinera:
"Chari, pásate éste tenedor por el chichi (con perdón) que este hijo p_t_ no vuelve a comer gratis"
La Chari extrañada se lo pasa, y el camarero sonriente se acerca a la mesa del hombre con el tenedor en la mano. Se lo dá a oler seguro de que ésta vez no lo adivinará y el hombre, tras un rato olfateando dice:
¡¡¡COOOÑOOO, no me digas que la Chari trabaja aquí!!!