Cuando uno se manifiesta, como fué el caso en este sábado pasado, no sólo manifiesta su protesta, indignación, petición o lo que sea. También solicitamos el apoyo de todos aquellos que no están en nuestra situación, pero que pueden apoyarnos en nuestras reinvindicaciones.
En Pontevedra, todos paseamos nuestras motos por la ciudad y pacificamente nos reunimos frente a la Subdelegación de Gobierno, ante la mirada curiosa de los pontevedreses, que se preguntaban de donde salía tanta moto. Se leyó un manifiesto, se guardó un minuto de silencio por los que ya no están por culpa de las trampas de la carretera y todo transcurría como debía ser.
Pero un impresentable, porque hay cosas que se deben llamar por su nombre se regocijó dando cortes de encendido al final del acto. El portavoz de la manifestación lo reprovó, representantes de este Foro que estaban presentes lo recriminaron, y el resto permaneció en silencio espectadores incrédulos.
Pero no quedó ahí, mientras me iva el eco de las explosiones de ese "........." retumbaban entre los edificiós de piedra, y me fuí con la cabeza baja avergonzado de que un miembro del colectivo de motoristas, redujera una protesta digna a un espectáculo lamentable.
Si es una minoría, pero es una minoría ruidosa, una minoría que consigue salir en las noticias, una minoría que nos descalifica y nos iguala ante el profano a la chusma gamberril.
Y ese maricón se va contento a tomar una cañas y yo me voy avergonzado una mañana de sábado en la que me sentía digno representante de un colectivo que reinvindica sus legítimos derechos.
Y mientras me voy veo las caras de los que pasean, esos a los que pedimos apoyo, y no me gusta lo que veo en sus ojos.
En Pontevedra, todos paseamos nuestras motos por la ciudad y pacificamente nos reunimos frente a la Subdelegación de Gobierno, ante la mirada curiosa de los pontevedreses, que se preguntaban de donde salía tanta moto. Se leyó un manifiesto, se guardó un minuto de silencio por los que ya no están por culpa de las trampas de la carretera y todo transcurría como debía ser.
Pero un impresentable, porque hay cosas que se deben llamar por su nombre se regocijó dando cortes de encendido al final del acto. El portavoz de la manifestación lo reprovó, representantes de este Foro que estaban presentes lo recriminaron, y el resto permaneció en silencio espectadores incrédulos.
Pero no quedó ahí, mientras me iva el eco de las explosiones de ese "........." retumbaban entre los edificiós de piedra, y me fuí con la cabeza baja avergonzado de que un miembro del colectivo de motoristas, redujera una protesta digna a un espectáculo lamentable.
Si es una minoría, pero es una minoría ruidosa, una minoría que consigue salir en las noticias, una minoría que nos descalifica y nos iguala ante el profano a la chusma gamberril.
Y ese maricón se va contento a tomar una cañas y yo me voy avergonzado una mañana de sábado en la que me sentía digno representante de un colectivo que reinvindica sus legítimos derechos.
Y mientras me voy veo las caras de los que pasean, esos a los que pedimos apoyo, y no me gusta lo que veo en sus ojos.