Por mis muchos Km. sobre moto, por mis experiencias y por los conocimientos que he ido acumulando con el tiempo en salidas cortas ó en largos viajes, te puedo dar mis impresiones:
Para ir sobre una moto y disfrutar, es suficiente con saber conducir, con querer hacerlo bien, con seguridad, respetando las normas y a los usuarios de la vía. Nunca he dedicado ni un segundo a pensar en conceptos como: "paso por curva; apurar la frenada; inclinación máxima; timonear; derrapaje controlado; corte de inyección; trazada eficiente; etc, etc...
Sólo me he ocupado de conducir, disfrutar el paisaje e ir cómodo y más erguido que el palo de una bandera, prestar atención a todo cuanto forma parte del tráfico, admirar el paisaje y procurar disfrutar al máximo, arriesgando el mínimo.
Cuando subo a la moto y me ajusto los guantes, pienso en que voy a tener un gran día y no me preocupa si voy a tardar más o menos en hacer un recorrido, porque prefiero que me esperen a que no tengan ya que esperarme.
Si he coincidido alguna vez en una salida de grupo, no he modificado mi velocidad cómoda ni he dejado de respetar una norma por querer seguir el hilo del carbonilla que va el primero en la fila y en la lista de candidatos a autopsia.
No prefiero las curvas a las autovías, porque me adapto a todo y quiero hacerlo bien en ambos, con seguridad.
Montar en moto, es una forma de viajar, de trasladarse y de sentir que la propia cortesía respecto a los demás, es la verdadera esencia del motorista, porque no he sentido la necesidad de demostrar que soy un experto, porque no lo soy, sólo intento mantenerme entero.
Una anécdota:
En una ocasión, salí en pequeño grupo, (lo cual hago en contadísimas ocasiones) y ocurrió lo de siempre, concentración en una estación de servicio, salida normal y sin haber pasado 10 minutos ¡Zas!, carrera al canto para ver quién es el más estúpido.
Sigo a mi aire, pierdo de vista al grupo y sigo paseando. Al cabo de unos pocos Km., pude prestar auxilio a una señora que no sabía sacar su coche de un desnivel en una carretrera de incorporación.
Poco después, paro en lugar encantador y tomo unas fotos, prosigo y descubro algo raro en la carretera: unas marcas de neumático donde no debería haberlas y piedrecitas arrastradas en una cuneta, junto a un pequeño barranco. Me detengo, señalizo la zona con mi casco (a modo de triángulo) y averiguo que ha pasado...
Un coche se fue al barranco y el conductor, atrapado e inconsciente en el coche. Doy aviso, explico lo sucedido a los guardias que vinieron y me voy. De haber ido a saco, no habría reparado en ello.
Sigo mi camino y me cruzo con un compañero de salida que dió media vuelta para ver porqué me había retrasado. Le propongo proseguir y me responde que nó, que él prefiere que vayamos los dos a nuestro aire, sin seguir al grupo.
Seguimos el viaje durante unas dos horas, paramos en un bar y ante un refresco me dice: "Es la primera vez que disfruto montar en moto y la primera en la que no he pasado miedo".
Apreciado hawai50, sólo te puedo repetir las palabras de mi padre, cuando me decía: "Llegará el día en que dejarás la moto, en que has de poner pié a tierra para poder decir: "Ha sido el último viaje en una gran moto y ha valido la pena, porque ha sido para bien"".
No he sufrido jamás una caída, una avería, ninguna denúncia y nigún disgusto y he visto muchas, muchas cosas.
Espero haber sido capaz de explicarte mi punto de vista; que lo único que importa es pasarlo bien y llegar al final; a tu manera, con tus miedos y tus experiencias, pero has de ser tú mismo y para éso, no se necesita ningún manual de psicología o de circuíto.
Recibe un cordial saludo.