Saludos para tod@s desde la horizontal. Mañana intentaré ir hasta la vertical.
Os dejo aquí este cúmulo de letras más o menos ordenadas, he estado revisando notas y me parece que nunca vió la luz. Aunque es fácil que esté en un error y sea a mí, a quién le falte la luz.
PARIDAS DESDE LA MOTO
A Glòria le daba pereza ir y volver el mismo día de Castellón por lo que decidí salir solo (si no hacía sol) durante la mañana e ir a mi rincón de pensar favorito. Pensar un rato y regresar a casa a la hora de comer.
Durante la cena expongo en el Komité Central mis intenciones como aquel que no quiere la cosa y para mi sorpresa su camarada en jefe (el partido guarde muchos años) -y por otra parte único componente del Komité- aprueba a la primera mi propuesta.
¡ Bingo!...
...digo...Da, da (o lo que se tenga que decir en estos casos).
Me acuesto en mi camastro acompañado de los pensamientos adecuados al día que me espera mañana.
Durante la noche y por un par de veces me levanto para ir al cuarto de los fogones a beber agua fresca, acurrucándome después en la piltra y volviendo a dejarme llevar por los caminos de la imaginación interesada.
Por fin el Nokia N95 emite esos pitidos que tanto cabrean a Morfeo y este, como siempre frustrado, se retira dando por acabado su onírica jornada. Me levanto y visto raudo, y tras engrosar la cuenta corriente del George Clooney con la comisión correspondiente a un café más, me reuno en el jardín con K, le doy los buenos días de rigor y salimos los dos solos (el tío de negro no se ve por ningún lado) dispuestos a esperar la luz del día en la carretera.
Todos los indicios apuntan a que será, por lo menos durante un buen tramo de la mañana, un día de esos grises y plomizos. Aunque la lluvia parece que no va ha hacer acto de presencia.
Así camuflados entre grises algodones de húmeda niebla llegamos a las puertas de la ciudad que en el 1370 contaba con solo 79 fuegos, y poco antes de entrar en ella dimos un quiebro a la derecha para atajar por la ciudad del “campanar”, aquella que viera nacer a un músico del país, que hace país, y que hoy se dedica al vino allá por el Priorat.
La niebla se espesa al punto que las moléculas gaseosas de agua que se van condensando a nuestro paso en la visera del casco se transforman en abundantes y gruesas gotas de agua, como agradecidas de poder hacerse más reales y tangibles. A ratos la niebla cede y la visión de los campos ofrece un aspecto fantasmal que sugiere la inquietante presencia por doquier de entes hectoplasmáticos.
Yo, pienso en célula sonda de Castellón. Ha sido lanzada hacia el sur y Dios sabe con que se estarán encontrando. Les envío mi pensamiento más positivo y me reafirmo en el mejor de los deseos para los argonautas del sur.
La sorpresiva aparición de una rotonda surgida de la nada y que parece no llevar a destino alguno hace que no llegue a Verges -hoy no veré su campanario-. Tomo casi por intuición la salida hacia Torroella de Mongrí (si la niebla persiste tampoco podré ver su castillo).
Torroella también aparece sin avisar, solo la veo tras cruzar el puente sobre el Ter, bajo él, un rio que hoy transporta, al menos en apariencia, vapor de agua.
La ciudad, que perteneció a la Corona hasta el 1,272 para acoger después la capitalidad de la baronía tal como nos indica el escudo losanjado de oro con cuatro palos de gules, la torre de argén cerrada de sable y la corona de barón que componen su blasón, parece vencer a la niebla. En sus calles no está presente, como si temiera o respetara su historia y no quisiera molestar a sus habitantes.
A pesar de todo el Montgrí no es visible. Más allá de los tejados la niebla sigue presente.
Salgo por el extremo norte y arrumbo hacia Figueres, de nuevo escudado por espesos jirones de frío y húmedo vapor.
Finalmente, sin saber como, acabo pasando por Verges -????- y además veo el “campanar”. El sol empieza a ganar terreno, y si bien aparece como diluido en el cielo, lo cierto es que se hace notar. Incluso por momentos creo ver al motorista de negro -que hoy viste de gris- a mi izquierda, pugnando por adelantarme. Ahora está, ahora no está. Es un majara pero yo ya me voy acostumbrando a sus locuras.
Al ver varias decenas de gaviotas grises sentadas en un campo recién labrado caigo en la cuenta que no he visto ni un solo pájaro en vuelo desde que salí de casa. Podría ser porque la niebla me lo impedía, pero creo que es porque con niebla no vuelan. Parece lógico, ¿donde van a ir, si no se ve nada?.
Llego a Figueras y vuelvo a despistarme, así que entro en la ciudad y vuelvo a salir de ella. Esta vez hacia el este en busca del desvío hacia Cadaqués, donde tengo planeado comprar la prensa y comerme el bocata de anchoas.
Cuando tomo la carretera que se enfila por el macizo montañoso del Cap de Creus la niebla se encuentra ya muy alta y se pueden percibir con claridad todas las formas y los colores del paisaje. Me aplico y rosco lo que mi temeridad me permite -que, francamente, no es mucho- para llegar lo antes posible y disfrutar del ascenso y posterior descenso de la divertida carretera que lleva a mi desayuno. Adelanto algunos coches, pocos, y a una GS blanca recién salida del horno y con dos ocupantes antes de aparcar en el paseo casi frente al metálico e inmóvil Dalí que se pasa allí los días y las noches subido a su peana de cemento y apoyado en un bastón invisible.
Compro el “Periódico” de color azul y cuando voy a marchar veo un libro sobre el mostrados del estanco que me llama la atención; El Asedio de Pérez-Reverte. Pregunto si lo tienen en catalán.
-No, no hi és, Me contesta el dependiente
-Tant se val, m'el quedo. Total, soc políglota...
Pago con dos billetes de 20, y me devuelven tres de 5. Y eso sin romper nada. Lo juro. Pero bueno el libraco tiene..., espera que lo miro..., setecientas veintisiete páginas abarrotadas de pequeñas letras. Ha valido la pena el dispendio.
Entro en el chiringuito que custodia el Dalí de bronce y pido;
-Un entrepà d'anxoves amb olives farcides d'anxoves amb pà amb tomata (utilizo apostas la variante gerundense de tomaquet ya que estamos en el Alt Empordà y este está en la provincia de Girona y siempre es conveniente caer simpático a los nativos) i una copa de vi rosat molt fret.
-Señor, tiene que ser un bocadillo y unas olivas a parte. Me contesta el “nativo” con marcado acento hondureño. Y emite un descontrolado estornudo, tras lo cual, alza la cabeza, cierra los ojos, y vuelve a estornudar.
Yo, mirándolo de frente, con franqueza y honestidad le respondo;
-Val, d'acord, però farcides d'anxova. Ah¡, i cuidat aquest encostipat o palmarás aviat.Y vigila amb la copa de vi que estarà freda i no és bo per l'encostipat.
El sonríe (no se porqué) y yo salgo a la calle, a sentarme en una de las mesas que dan al paseo desde donde vigilar la K, el casco y la bolsa que lleva a la grupa.
Empiezo a ojear “El Periódico”, ojo, azul, mientras llega el bocata.
En portada y las dos páginas y media que le siguen nos preparan para un próximo sablazo; “¿Boscos de pagament?” se pregunta el titular. ¿Y tu me lo preguntas, vida mía?, si está “cantao”. A pagar toca. Y si no, al tiempo...
El enano que preside Francia, de momento, se ha salido con la suya, los franceses trabajarán más tiempo. Bueno, los franceses pringaos, porque los otros, como aquí, seguirán subiéndose su propio sueldo y cuando dejen la política, cobrando sus vitalicios a cuenta de las cabronadas (servicios, les llaman ellos) prestadas al país.
Menos mal que llega mi amigo hondureño con el bocata, las olivas y el vino, y paso la hoja. Empezaba a cabrearme.
Hummmm, el bocata está delicioso...
Clinton tuvo perdido el “biscuit”, “galeta” le llamamos aquí, donde se guardan los códigos de las armas nucleares. Tiene pelotas la cosa, el tío se pensaría que era una galeta tipo melindro y se la debió dejar olvidada entre los dientes de alguna becaria.
¿Que pensar del togado más lento del reino?. Como siga con esa ansia en instruir la causa de los chorizos del Palau se le van a morir los clientes de viejos, Y muerto el perro se acabó la rabia. En este caso, más que el perro, las urracas. Dice el buenazo del juez que incorporará a la causa algunas hojas de las agendas. ¿Las hojas en blanco, quizás?
Empresarios del “caso Unió” admiten el fraude. Bueno, estos, como confesándose lo arreglan todo, no van a ir al infierno.
Desaparece el Ministerio de Igualdad y queda recortada en 10 millones la partida. Manda cojones. Un tema que mata más personas al año que casi las que lleva a sus espaldas ETA en toda su historia.
¿A que vitalicio irá a parar ese dinero?
Un “petaniños” (con perdón de los niños) de los de la bragueta integral, pillado y condenado a 21 años de cárcel. Yo sugiero que metan en la cárcel al jefe de los “petaniños”, por consentimiento, beneplácito, ocultación, disimulo doloso, nazi, jeta, cómplice, y por si acaso, y pongan a trabajar al resto de la camarilla en trabajos para la sociedad. Eso sí, vigilados de cerca.
BCN vuelve a ser la sede del encuentro “Harley”. “Ta bien”
Lo de los “bonos”, joder con los “bonos”. Un 4,75% de interés a los inversores, más un 3% a los bancos que lo gestionan, más, ponle un 2% de gastos en publicidadad, folletos, impresos, etc, etc,... Total un 10% de interés. Montilla, ¿como lo vas a pagar?, inútil.
Bancos; Que listos y ladrones que sois.
El bocata ya no existe, las olivas tampoco (al menos tal y como los conocí hace media hora), y la copa está vacía. Me pido un café solo y llego a Icult/gent, una sección reservada solo a cosas estúpidas e intrascendentes.
La más guapa de hoy: “Leticia sedueix a Astúries” Vaya titular, ¿pero quién es Astúrias?. En fin, déjalos...
Os extracto lo más interesante: ...de cultura, Ángeles González-Sinde, que va optar per dues peces de Modesto Lomba..., Cristina Garmendia, de Ciencia (Ya ves) i Innovació, que lluïa un elegant vestit sastre blau tinta (azul tinta, tío, azul tinta); i la nova ministra de Sanitat, Leire Pajín, que anava amb una senzilla camisola de punts (si muy sencilla pero era de puntos, en plural, puntos, y no de punto, como la gente normal).
Se acabó, me piro a Cap de Creus. Tengo que pensar.
Xiu, xiu, xiu, y ya está, Cap de Creus tiene cinco habitantes, cuatro humanos; los dos camareros del bar del faro, el tío de la entrada del museo del faro, y yo mismo, y otro al que un profano llamaría inanimado, la K. Que corre un güevo, tumba la hostia, y por lo tanto está super animada.
Me siento en la terraza del bar pido un Campari con hielo y me dejo mecer por la melodía de Diane Reeves que surge de los altavoces. Doy un sorbo al Campari y miro a través de él hacia el Cap Norfeu, intentando abarcarlo todo con la mirada, comprendo pronto que lo que me propongo es imposible, detrás de cada detalle que percibo se oculta algo que no puedo percibir y aunque me esfuerce en poner mi mirada más penetrante no consigo penetrar nada.
Acaba de aparcar junto a la K una GS blanca y de ella descienden sus dos ocupantes, uno de cada sexo de los sexos más usuales que se dan en nuestra especie. Van de negro y en un primer momento me inquieto y una pequeña descarga eléctrica recorre mi espinazo. No, no puede ser, me tranquilizo. Será una coincidencia. El negro es un color muy corriente. Además la moto es blanca.
Sí, son los mismos que adelanté subiendo.
Vienen hacia mí y compruebo que no tienen nada que ver con acompañante habitual en días soleados de rodada solitaria. Me saludan y toman asiento en la mesa que hay a mi espalda.
Hago unas cuantas fotos mientras sigue llegando gente; unos caminantes con pinta de extranjeros, cuatro chicas que por su aspecto deben llevar aquí cuarenta o cuarenta y cinco años bien pasados, poco pasados, quiero decir. Están bien, sí. Y un camión del Matutano que trae cajas de cartón que supongo deben contener patatas y cosas así.
Son las doce y decido marcharme para poder parar por el camino e ir haciendo algunas fotos. Pago los tres euros que me piden por el Campari y me voy
-Adeu. Les digo a los de negro
-Adeu que hi vagi be. Me responden casi al unísono.
Decididamente no son él. Son simpáticos y sociables.
Desciendo del faro y paro a hacer la primera foto. El faro en el horizonte y K en primer plano.
Serpenteo alegremente con K por la estrecha cinta de asfalto y me cruzo con dos o tres coches antes de ver a unos cien metro por delante un tío con traje y bambas -pero bambas “Wambas”- corriendo arriba y abajo por la carretera. Está cerca de la piedra esa que llaman “La Llebre de cala Culip”. Decido volver a parar para hacer más fotos y de paso valorar el grado de locura del fulano.
Paro a un lado a la altura de “La Llebre”, me quito los guantes y cojo la Olympus, mientras observo con disimulo al corredor del traje. Vaya, hay dos personas detrás de una cámara del copón montada sobre un trípode y metidos en medio de la vegetación que le hacen señas al tipo y este hace poses, corre, salta, en fin posa. Es un modelo de algo y está en plena faena. Así me gusta, que haya trabajo para todos.
Hago alguna foto y aparece la GS blanca, me saludan sus ocupantes cuando me rebasan y desaparecen en la siguiente curva.
Continuo un tramo más y hago una última foto sin bajarme de K antes de dejar Cap de Creus.
Llego de nuevo a Cadaqués, enfilo la subida hacia la autovía de Roses y vuelvo a adelantar, a media subida, a la GS. Adiós
A la una paso por la Escala y decido entrar para una última parada . Recorro una Escala casi vacía y hasta llegar al Club Náutico no encuentro una sola terraza abierta.
Será pues en el náutico.
Me siento fuera, frente a la pequeña dársena que protege las embarcaciones de la escuela de vela, y pido un Martini con hielo. Mientras, voy al servicio a servirme de él.
A mi lado, en la terraza hay un matrimonio de mediana edad con una niña pequeña, de tres o cuatro años, que lleva un casco de plástico en la cabeza y forcejea con una pequeña bicicleta de color rosa, toda ella.
En su mesa, junto a la San Miguel, el agua sin gas y las patatas, hay un ejemplar de El Mundo, el matrimonio habla en castellano mesetario (no es que tenga importancia pero es verdad). Deben ser de Valladolid, o Segovia. De por allí donde todo es llano y reina el cereal.
El periódico está doblado por la mitad y demasiado lejos de mi vista para poder leer la mentira que a buen seguro encabeza la primera plana. No es por que sea precisamente El Mundo, que todos mienten. Pero es que este lo hace más y mejor. Sus bolas son más trabajadas, más “profesionales”. Hasta su director se viste de “mentira” cuando aparece en público, luciendo trajes masculinos y camisas de cuello, en lugar de los ligueros y picardías que viste cuando está en su ambiente.
En fin, llegó la hora de volver al redil.
Gas, gas y gas.
Hoy cerraré estas reflexiones con una oración:
Gracias espíritu de las carreteras, gracias señor de los inocentes usuarios de la vía pública por no dejar un día más que el Pere me atrape con uno de sus azules servidores maestros de agazape y el camuflaje, o que el perverso rayo permanente de sus ingenios roce mi espalda.
Gracias también por protegerme de las trampas y celadas que el Pere tiene diseminadas por doquier para sufrimiento de los conductores, en forma de lacerante acero, de impenetrable pica, de deslizante pintura o de torticera sima que horada el asfalto.
Que por siempre así sea.
Gas.
:
... luego han llegado Trias, Lluis Campsa, su yerno y Joan Izquierdo. Hemos quedado en desayunar en Beget y p'allá que vamos con Trias a la cabeza a ritmo tranquilo, cuando ya con el gusanillo en el estómago... al llegar a Beget vemos que Trias no para >
y sigue p'arriba hasta Rocabruna, donde recibe la bronca de algunos indignados ;D que se niegan a desayunar allí. Se decide dar media vuelta... y otra vez para Beget, donde nos han "cebao" a base de embutidos, quesos con melmelada de "figa", patés, "panellets", cajarillos, ratafía, orujo... al increible precio de 5 (sí, cinco) leuros por barba. 
