El jueves por la noche salí de Valencia para Jaen, a La Carolina, con un viento frío del carajo que, en cada adelantamiento a los camiones, me llevaba de parte a parte del carril. Estrene unos guantes de Gore que compre ese mismo día, siguiendo el consejo del concesionario BMW. Resultado: las manos de cine, de película, demasiao. El secreto, el de Falisan, calientapuños.
En cuanto al resto del cuerpo no puedo decir lo mismo. La cazadora atlantis 3, con forro gore-tex, la llevaba con solo una sudadera bajo, y es posible que fuera por no llevar el pantalón del mismo equipo, pero el caso es que al llegar a Manzanares, y parar a tomar un café, tuve que estar un buen rato metido bajo el aire caliente del secamanos del lavabo del Restaurante para reaccionar, no podía ni hablar. Vamos que andaba con los brazos en la misma posición que en la moto, como si fuera un sonámbulo. En fin, cuando finalmente reaccione, me puse el suéter de lana, grueso, de montañero de toda la vida, bajo la chaqueta y, a partir de ese momento, una gozada, Despeñaperros nocturno y parcheado incluido.