Juan Xixon
Arrancando
Copiado de La Nueva España Digital.
www.lne.es
Hazaña en la cara oeste del Urriellu
Los escaladores vascos Eneko e Iker Pou abren en el Naranjo de Bulnes la vía más difícil del mundo en escalada libre, que incluye un largo por el techo de una cueva
Eneko e Iker Pou imaginaron el pasado mes de junio una escalada imposible al Picu Urriellu. Y el pasado lunes, en apenas cuatro horas, estos dos montañeros vascos hicieron su sueño realidad: abrieron la vía de pared más difícil del mundo en escalada libre, una hazaña que pasará a la historia del alpinismo. Le han puesto a la vía el nombre de Lurgorri, apodo de un familiar al que querían rendir un homenaje.
Los dos hermanos protagonistas de esta historia le han dado una vuelta de tuerca más a la mítica cara oeste del Picu, la más difícil, la de las grandes aventuras. Se han «inventado» una vía que, entre otros parajes, atraviesa el techo de una cueva. Treinta metros de techo perfecto que los escaladores han tenido que salvar boca abajo, con la única ayuda de sus manos y sus pies, aferrándose a las escasísimas grietas y hendiduras de la roca. La vía Lurgorri comienza en la Canal de la Torca y tiene seis largos. Pero es el primero el que la convierte en excepcional: tiene una dificultad «8c+» y una longitud de 250 metros. Traducido: no hay en el mundo escollo más complicado en una pared natural. Veinte minutos les llevó superar este primer largo y cuatro horas duró la escalada completa, hasta los Tiros de la Torca, donde concluye la vía, ya que el resto de la subida hasta la cima está «toda machacada» y no hay posibilidad de abrir nuevos caminos.
Son profesionales de la montaña. Tienen 32 y 29 años (Eneko es el mayor) y su idilio con el Picu dura ya 15 años. Lograron su primera hazaña en 1997, cuando, en escalada libre y en el día, conquistaron la cima por la vía Pilar del Cantábrico. Y en 2003 «liberaron» Zunbeltz, una de las vías más duras del mundo. Entonces estuvieron tres días colgados en la pared con temperaturas bajo cero. Esta ascensión forma parte del proyecto «Siete paredes, siete continentes», con el que los Pou intentan hollar las cimas más difíciles del mundo. Curiosamente, ni en Estados Unidos, ni en Madagascar, ni en Tasmania, ni en Pakistán, ni en la Patagonia han hallado dificultad igual a la de la nueva vía en el Picu.
Quizá por eso lamentan el escaso reconocimiento que el Urriellu tiene en el mundo. Un hecho que los Pou achacan a que «los asturianos no acaban de valorar y de amar en su justa medida lo que tienen, lo suyo». El Urriellu y los Picos de Europa son «joyas» y guardan un «increíble potencial». «Si el Naranjo de Bulnes estuviera en Francia o en Estados Unidos sería el no va más», señaló ayer Eneko Pou. El mayor de los hermanos aseguró que ambos están «orgullosos» del Picu, que consideran como «nuestra pared de casa». Y desde el lunes, también su techo.
Colgados del techo de una cueva húmeda y con agarres ínfimos
Colgados del techo, cual murciélagos, en una cueva oscura y húmeda, los hermanos Pou han hecho historia. Han superado una dificultad nunca antes realizada. Creyeron que sería posible ascender al Picu Urriellu a través de una gruta situada al pie de la pared, en la Canal de la Torca, en la cara oeste. Eneko Pou recuerda ese paso como algo similar al «techo de una casa, con agarres ínfimos, superpequeños». Eso sí, un techo extremadamente húmedo, por el que baja constantemente agua, dificulta aún más la escalada libre. El mayor de estos virtuosos de la escalada asegura que el Urriellu aún tiene mucho que decirle al montañismo mundial. Buena parte de su idilio con el Naranjo de Bulnes, afirma, se debe al «buen ambiente» del refugio de Urriellu y a su amistad con Tomás Fernández, responsable de esta instalación.
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Hazaña en la cara oeste del Urriellu
Los escaladores vascos Eneko e Iker Pou abren en el Naranjo de Bulnes la vía más difícil del mundo en escalada libre, que incluye un largo por el techo de una cueva
Eneko e Iker Pou imaginaron el pasado mes de junio una escalada imposible al Picu Urriellu. Y el pasado lunes, en apenas cuatro horas, estos dos montañeros vascos hicieron su sueño realidad: abrieron la vía de pared más difícil del mundo en escalada libre, una hazaña que pasará a la historia del alpinismo. Le han puesto a la vía el nombre de Lurgorri, apodo de un familiar al que querían rendir un homenaje.
Los dos hermanos protagonistas de esta historia le han dado una vuelta de tuerca más a la mítica cara oeste del Picu, la más difícil, la de las grandes aventuras. Se han «inventado» una vía que, entre otros parajes, atraviesa el techo de una cueva. Treinta metros de techo perfecto que los escaladores han tenido que salvar boca abajo, con la única ayuda de sus manos y sus pies, aferrándose a las escasísimas grietas y hendiduras de la roca. La vía Lurgorri comienza en la Canal de la Torca y tiene seis largos. Pero es el primero el que la convierte en excepcional: tiene una dificultad «8c+» y una longitud de 250 metros. Traducido: no hay en el mundo escollo más complicado en una pared natural. Veinte minutos les llevó superar este primer largo y cuatro horas duró la escalada completa, hasta los Tiros de la Torca, donde concluye la vía, ya que el resto de la subida hasta la cima está «toda machacada» y no hay posibilidad de abrir nuevos caminos.
Son profesionales de la montaña. Tienen 32 y 29 años (Eneko es el mayor) y su idilio con el Picu dura ya 15 años. Lograron su primera hazaña en 1997, cuando, en escalada libre y en el día, conquistaron la cima por la vía Pilar del Cantábrico. Y en 2003 «liberaron» Zunbeltz, una de las vías más duras del mundo. Entonces estuvieron tres días colgados en la pared con temperaturas bajo cero. Esta ascensión forma parte del proyecto «Siete paredes, siete continentes», con el que los Pou intentan hollar las cimas más difíciles del mundo. Curiosamente, ni en Estados Unidos, ni en Madagascar, ni en Tasmania, ni en Pakistán, ni en la Patagonia han hallado dificultad igual a la de la nueva vía en el Picu.
Quizá por eso lamentan el escaso reconocimiento que el Urriellu tiene en el mundo. Un hecho que los Pou achacan a que «los asturianos no acaban de valorar y de amar en su justa medida lo que tienen, lo suyo». El Urriellu y los Picos de Europa son «joyas» y guardan un «increíble potencial». «Si el Naranjo de Bulnes estuviera en Francia o en Estados Unidos sería el no va más», señaló ayer Eneko Pou. El mayor de los hermanos aseguró que ambos están «orgullosos» del Picu, que consideran como «nuestra pared de casa». Y desde el lunes, también su techo.
Colgados del techo de una cueva húmeda y con agarres ínfimos
Colgados del techo, cual murciélagos, en una cueva oscura y húmeda, los hermanos Pou han hecho historia. Han superado una dificultad nunca antes realizada. Creyeron que sería posible ascender al Picu Urriellu a través de una gruta situada al pie de la pared, en la Canal de la Torca, en la cara oeste. Eneko Pou recuerda ese paso como algo similar al «techo de una casa, con agarres ínfimos, superpequeños». Eso sí, un techo extremadamente húmedo, por el que baja constantemente agua, dificulta aún más la escalada libre. El mayor de estos virtuosos de la escalada asegura que el Urriellu aún tiene mucho que decirle al montañismo mundial. Buena parte de su idilio con el Naranjo de Bulnes, afirma, se debe al «buen ambiente» del refugio de Urriellu y a su amistad con Tomás Fernández, responsable de esta instalación.