En el Vaticano, dos judíos piden permiso para hablar con el Papa. Les dicen que no y ellos se van. Al día siguiente vuelven y se repite la historia de nuevo. Y así llevan ya varios meses. Por fin, por pura casualidad, el Papa sale por la puerta en el mismo momento en que llegan los judíos y se interesa por el asunto:
- "¿Qué es lo que ustedes quieren?"
Uno de los judíos saca un papel y lo enseña al Papa:
- "¿Usted conoce a esta gente?"
El Papa ve una fotocopia reducida del cuadro "La Última Cena" y afirma:
- "Sí. Son los santos de nuestra Iglesia y éste es el Señor Jesucristo".
El hebreo pregunta:
- "¿Y usted se hace responsable de ellos?"
- "¡Claro que sí!"
Entonces, el otro judío saca del bolsillo otro papel y lo entrega al Papa.
- "¿Qué es esto?", pregunta intrigado el Sumo Pontífice.
- "Este papel nosotros lo heredamos de nuestros antepasados. Es la cuenta de la cena que estos caballeros nunca pagaron y, junto con los intereses, se hace una suma bastante respetable...".
- "¿Qué es lo que ustedes quieren?"
Uno de los judíos saca un papel y lo enseña al Papa:
- "¿Usted conoce a esta gente?"
El Papa ve una fotocopia reducida del cuadro "La Última Cena" y afirma:
- "Sí. Son los santos de nuestra Iglesia y éste es el Señor Jesucristo".
El hebreo pregunta:
- "¿Y usted se hace responsable de ellos?"
- "¡Claro que sí!"
Entonces, el otro judío saca del bolsillo otro papel y lo entrega al Papa.
- "¿Qué es esto?", pregunta intrigado el Sumo Pontífice.
- "Este papel nosotros lo heredamos de nuestros antepasados. Es la cuenta de la cena que estos caballeros nunca pagaron y, junto con los intereses, se hace una suma bastante respetable...".