
Entonces sus compañeros lo vieron tan mal que uno se acercó a él y le dijo:
"Oye Javier, si te pasa algo malo dímelo, tú sabes que soy tu mejor amigo, yo te puedo aconsejar."
Javier:
¡¡No compadre, si yo la cague, la cague¡¡ (seguía llorando)
Compañero:
Vamos, no seas cerrado dímelo, alomejor te puedo ayudar.
Javier:
sniff¡¡ Lo que pasó es que esta mañana al despertar vi a mi señora durmiendo plácidamente, y quería tiernamente despertarla con un pedíto en la oreja ...¡¡y la cague, la cague, la cagueeeee¡¡¡ sniff, sniff¡¡
