Juan Xixon
Arrancando
Copiado de La Nueva España. www.lne.es
«La gente aplaudía; nos daban las gracias»
La treintena de bomberos asturianos que fueron a Galicia regresa a la región. Uno de ellos resultó herido leve al caerle unas ramas
Las luces de emergencia de los camiones anunciaban la llegada de la caravana de bomberos: 29 voluntarios que acudieron a Galicia para ayudar a sus «compañeros» a luchar contra las llamas que durante días arrasaron la comunidad vecina. Muchos deberán incorporarse hoy a su turno habitual en cualquiera de los parques de Asturias. Menos Ignacio Fernández Díaz-Faes, que tendrá que recuperarse de las heridas leves (una fisura en el esternón y alguna contusión) que le causó un árbol que le cayó encima. Un collarín es la prueba.
Todo surgió «un poco de broma. Como surgen estas cosas». Un grupo de bomberos de Cangas de Onís se juntó para tomar un café el domingo por la tarde. Uno de ellos comentó: «¿Y si nos vamos a Galicia o Portugal?». Los que estaban allí aceptaron. Se avisó al jefe de zona, que preguntó al gerente, que dio el visto bueno. Quedaron el lunes en La Morgal para emprender el viaje. La decena de voluntarios de Cangas se convirtieron en 29 de toda Asturias. Todos emprendieron camino a Galicia, donde trabajaron durante horas, sin descanso, varios días. Cuando llegaron a la zona, con los siete vehículos de Bomberos, les dividieron en dos grupos. Lucharon contra el fuego en el sur de La Coruña. «La situación era catastrófica», afirmó ayer Óscar Rodríguez, jefe de zona.
El susto se lo llevaron el miércoles. Los compañeros les avisaron de que «Nacho había sufrido un accidente». «Recuerdo poco, la verdad. Estaba en el fuego cuando un hidroavión descargó agua, rompió unas ramas de unos pinos y me cayeron encima. Me golpearon la cabeza, pero no perdí el conocimiento», afirmó Ignacio Fernández, que quiso agradecer el buen trato que recibió de la Xunta y en el hospital.
La experiencia ha sido buena. «Hemos aprendido». Los recuerdos, entrañables. «Cuando salimos de un incendio cerca de un pueblo, la gente aplaudía, nos daban las gracias por estar allí. Fue emotivo», señaló Rodríguez.
«La gente aplaudía; nos daban las gracias»
La treintena de bomberos asturianos que fueron a Galicia regresa a la región. Uno de ellos resultó herido leve al caerle unas ramas
Las luces de emergencia de los camiones anunciaban la llegada de la caravana de bomberos: 29 voluntarios que acudieron a Galicia para ayudar a sus «compañeros» a luchar contra las llamas que durante días arrasaron la comunidad vecina. Muchos deberán incorporarse hoy a su turno habitual en cualquiera de los parques de Asturias. Menos Ignacio Fernández Díaz-Faes, que tendrá que recuperarse de las heridas leves (una fisura en el esternón y alguna contusión) que le causó un árbol que le cayó encima. Un collarín es la prueba.
Todo surgió «un poco de broma. Como surgen estas cosas». Un grupo de bomberos de Cangas de Onís se juntó para tomar un café el domingo por la tarde. Uno de ellos comentó: «¿Y si nos vamos a Galicia o Portugal?». Los que estaban allí aceptaron. Se avisó al jefe de zona, que preguntó al gerente, que dio el visto bueno. Quedaron el lunes en La Morgal para emprender el viaje. La decena de voluntarios de Cangas se convirtieron en 29 de toda Asturias. Todos emprendieron camino a Galicia, donde trabajaron durante horas, sin descanso, varios días. Cuando llegaron a la zona, con los siete vehículos de Bomberos, les dividieron en dos grupos. Lucharon contra el fuego en el sur de La Coruña. «La situación era catastrófica», afirmó ayer Óscar Rodríguez, jefe de zona.
El susto se lo llevaron el miércoles. Los compañeros les avisaron de que «Nacho había sufrido un accidente». «Recuerdo poco, la verdad. Estaba en el fuego cuando un hidroavión descargó agua, rompió unas ramas de unos pinos y me cayeron encima. Me golpearon la cabeza, pero no perdí el conocimiento», afirmó Ignacio Fernández, que quiso agradecer el buen trato que recibió de la Xunta y en el hospital.
La experiencia ha sido buena. «Hemos aprendido». Los recuerdos, entrañables. «Cuando salimos de un incendio cerca de un pueblo, la gente aplaudía, nos daban las gracias por estar allí. Fue emotivo», señaló Rodríguez.