Pongamos un caso hipotético (aunque seguro que real en muchos hogares a diario): el adolescente hiper-hormonado (vamos, como cualquier adolescente), rebelde (en mayor o menor grado, como cualquier adolescente), que sólo quiere fiesta (como cualquier adolescente), que pasa de ayudar en casa (como cualquier adolescente al que se le haya dejado llegar a que eso es tolerable), etc...
Tres parejas de vecinos tienen, cada una, un chaval de este estilo.
Caso 1.- Los padres intentan reconducir su conducta como se ha hecho toda la vida: aplicando un castigo cuando se lo merece. En este caso el castigo consistente en prohibirle salir de casa un sábado. Simplemente. No hablo de barabaridades tipo encerrarle bajo llave, atarle a un radiador, pegarle con un bate de beisbol si sale de su cuarto... Simplemente se le castiga "sin salir" (como seguro que a casi todos nosotros nos ocurrió más de una vez). Pues a la vista de la noticia puesta al inicio del post, y con la Ley en la mano, el resultado es: denuncia por detención ilegal y padres detenidos por la Guardia Civil.
Caso 2.- Como los vecinos de los padres del caso anterior han visto que al nene no se le puede castigar, so pena de acabar entrullados, pues se limitan a decirle lo que está bien y lo que está mal, pero sin la fuerza que les da poder recurrir al castigo. Obviamente al nene las palabras le resbalan, y es totalmente libre para hacer lo que le salga de los mismos. Así que llega el sábado, sale de borrachera y la lía parda: se mete en una bronca, hay heridos y daños materiales a terceros, y encima el nene acaba con una coma etílico cojonudo en urgencias. Se investigan los hechos, y como el nene de los c*jones es menor (17 añitos, el pobrecito) empuran a los padres como responsables del mismo. Resultado: padres a juicio, o ojito que no ocurra que a alún "lince" de le ocurra pensar que el pobrecito niño ha llegado a ese extremo por dejación de funciiones de los padres en su educación, o abandono, que a lo mejor les empuran por lo penal.
Caso 3.- La tecera pareja de padres, que tiene otro angelito del mismo pelo que los de los vecinos de los casos anteriores, ve que si cohartan al niño con una castigo tan atroz como dejarle sin salir de parranda un sábado (ni Hitler, vamos), acaban en los tribunales (caso 1). Si no cohartan al niño, este hace lo que les sale de las pelotas e igualmente ellos acaban en los tribunales (caso 2), así que lo que deciden hacer es lo único que les salva de acabar acusados frente a un juez: a la mínima que líe la criatura (llegar pedo a casa, meterse en una bronca...) son ellos los que acuden al juzgado, denuncian al niño, renuncian a su patria potestad y solicitan que sean los servicios sociales los que se hagan cargo del menor.
---
Increible. Creía que no podía ser, pero sí, lo hemos logrado. Se ha conseguido: en este país se ha alcanzado el grado sumo de la imbecilidad y la cretinez. Felicidades a los responsables.
Vsss