Había una isla en donde capaban a todos los hombres cuando cumplían los 30 años, la tradición consistía en caparlos según su oficio.
Llegó el día de la ceremonia y en la plaza central había una larga fila de treintañeros llorando.
Pasó el primero y le preguntaron:
- ¿Profesión?
- Carpintero
Y le cortaron la polla con un serrucho.
Después venía un albañil y se la reventaron de un ladrillazo.
Luego, un carnicero y se la cortan con un cuchillo.
Y así sucesivamente, hasta que llega el último que venía muerto de la risa. El encargado de la ceremonia le pregunta, asombrado:
- Oiga, están a punto de cortarte la polla y usted se ríe a carcajadas.
¿De qué se ríe?
- ¡Es que yo soy heladero y me la van a tener que chupar hasta que se gaste!
Llegó el día de la ceremonia y en la plaza central había una larga fila de treintañeros llorando.
Pasó el primero y le preguntaron:
- ¿Profesión?
- Carpintero
Y le cortaron la polla con un serrucho.
Después venía un albañil y se la reventaron de un ladrillazo.
Luego, un carnicero y se la cortan con un cuchillo.
Y así sucesivamente, hasta que llega el último que venía muerto de la risa. El encargado de la ceremonia le pregunta, asombrado:
- Oiga, están a punto de cortarte la polla y usted se ríe a carcajadas.
¿De qué se ríe?
- ¡Es que yo soy heladero y me la van a tener que chupar hasta que se gaste!