Obsesionada con la idea de complacer a todo tipo de clientes con mujeres de las mejores, una madame emprendedora estableció un burdel de tres pisos. Tenía ex-secretarias, seleccionadas por su eficiencia, en el primer piso; ex-modelos, seleccionadas por su belleza, en el segundo y ex-maestras, seleccionadas por su inteligencia, en el tercero.
Con el paso del tiempo, la madame notó que casi todos los clientes iban al tercer piso. Cuando se decidió por preguntar, los clientes habituales le dieron la respuesta a su gran duda.
- Bueno, - dijo un caballero- usted sabe cómo son las maestras de escuela: le hacen repetir a uno hasta que le sale bien!
Con el paso del tiempo, la madame notó que casi todos los clientes iban al tercer piso. Cuando se decidió por preguntar, los clientes habituales le dieron la respuesta a su gran duda.
- Bueno, - dijo un caballero- usted sabe cómo son las maestras de escuela: le hacen repetir a uno hasta que le sale bien!