La meteo presente y pasada

ovejanegra

Curveando
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Vía Láctea
Estos días estoy de vacaciones por casa esperando un viaje que haremos la semana que viene. De relax, algunas mañanas aprovecho las primeras horas para rodar (después el calor te destroza). Suelo volver a casa a las 11:00 y salgo lo más pronto que puedo.

Hace una semana me alcanzó un motero con una GS (LC creo) en un tramo de comarcal revirado y boscoso de la C-37. Estuvo conmigo unos kilómetros y rodamos bastante rápido por las curvas. Él me seguía perfectamente demostrándome qué buena moto es la GS para curvear y lo torpe que soy yo. Nos despedimos en un desvio con el claxon y yo seguí para Santa Coloma de Queralt (un saludo si está por aquí).

Ayer volví a coger el mismo tramo de nuevo en una ruta mañanera. Debían ser las 08:00 de la mañana y enseguida noté diferencias. Durante el día anterior y la noche pasada habían habido tormentas en la zona. La carretera tenía humedades que ya se habían secado en su mayoría, pero no solo eso. Cuando me fijé en el asfalto, descubrí que había muchas zonas sucias con pinaza que la lluvia había arrastrado a la carretera esa misma noche. Tambíen había tierra, pero esta podia distinguirse fácilmente. El fino manto de pinaza muchas veces pasaba inadvertido si no mirabas con cuidado.

¿Que pasó? Pues que llevando un ritmo normal en carretera revirada (inferior al que llevaba con el colega de la GS en el mismo tramo), perdí varias veces la rueda trasera al acelerar, y en una casi se me cruza la moto por completo y salgo por orejas. Tuve que adaptar mi ritmo en esa misma carretera a uno muy inferior al normal, porque cada acelerón y cada inclinada se convertían en una lotería si no ibas suave.

No sé si con una trail con neumáticos mixtos se nota tanto, pero en una rutera con PR2 me di cuenta de lo que influye el estado del firme en la conducción, y de que nunca nos debemos confiar aunque hayamos recorrido el tramo miles de veces. Es fundamental conocer la meteo futura, pero también la pasada para saber qué nos vamos a encontrar. El escenario cambia de la noche al día, y la forma de conducir también.
 
Magnífica apreciación Ovejanegra y magnífica carretera esa, la cogí para ir a visitar a Isaac Feliu, que vive cerca, en Talavera. Una carretera muy revirada con la que casi iba tocando suelo con las maletas.
Saludos cordiales.
 
Independientemente de mirar cuando toca la previsión meteorológica los días antes de una ruta (si bajan las temperaturas, si llueve, si ha habido niebla... es bueno saber incluso las noticias de incendios. Yo he pasado por al lado de un incendio reciente y la ceniza también es delicadita de pisar. El día después de vientos fuertes te puedes encontrar de todo en la calzada, desde ramas a hojas y papeles. A mí una vez casi me envuelve una hoja gigante de papel que salió volando de una valla publicitaria. Pasó a un metro por delante mío en plena curva a derechas, saliendo de entre la vegetación. Si me envuelve, me pego un talegazo de órdago. Otro día una bola de esas de planta seca como las de las pelis del Oeste golpeó y pasó por encima del coche de delante. No sé qué pasaría si en vez de un coche hubiera sido una moto... o si tras pasarle por encima le da a una moto...

Lo realmente importante es adaptarnos cuanto antes a las nuevas circunstancias y jamás dar por bueno un tramo conocido, porque en los tramos conocidos es donde nos sabemos a qué velocidad podemos entrar, en qué marcha, colocarnos en la curva donde más eficaces somos... y donde sabemos que por cuestiones de la vía no nos va a sorprender una curva, pero hay cosas que no son propias de la vía: humedades, charcos, cacas de animales, animales propiamente dicho, otros vehículos, peatones, ciclistas que nos encontramos o que se encuentra otro y los esquiva viniendo de cara a nosotros por nuestro carril (la peor de las sorpresas, porque ya no vas a lo que puedas frenar, sino que ni aún así podrás frenar). En fin, que si nos sabemos adaptar bien, estas circunstancias se pueden llevar bien y se quedan en un susto. Lo malo es que aparezcan por sorpresa. Las primeras pinochas deben ponerte alerta igual que lo hace la primera humedad en una curva en sombra.
 
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