El marido llega a la casa a las seis de la tarde y le dice a su esposa que tenía una reunión de trabajo a las diez de la noche, pero que él no iría, ya que eso le parecía un abuso. Pero la mujer, preocupada por su marido , lo convence de que el trabajo es importante. Entonces, el marido se va a pegar una ducha para estar listo, y piensa: "Fue fácil engañarla".
Como toda mujer, cuando el hombre entra al baño, le revisa las cosas: billetera, maletín, bolsillos del saco, etc. y le encuentra un papel que tenía escrito: "Mi amor, te estoy esperando para comernos el pavo con salsa blanca que hablamos". La mujer coloca el papel donde lo había sacado, y cuando el marido sale del baño, encuentra a su mujer con una ropa sensual y toda fogosa. El marido se pone como loco, no pierde tiempo y hacen el amor como en los viejos tiempos... Cuando terminan, el tipo, medio muerto, se queda dormido . Cuando va llegando la hora, la mujer lo despierta, pero él no quiere saber nada de la reunión, pero finalmente ella lo convence.
Al llegar a la casa de su amante, el marido , aún cansado, le dice a su amante que había trabajado mucho y que sólo tomaría un baño y descansaría un poco. Al entrar al baño, la amante (como toda mujer) le revisa los bolsillos del saco, y encuentra un papel que tenía escrito:
"Ahí te mando el pavo, pero la salsa blanca quedó en casa".
Como toda mujer, cuando el hombre entra al baño, le revisa las cosas: billetera, maletín, bolsillos del saco, etc. y le encuentra un papel que tenía escrito: "Mi amor, te estoy esperando para comernos el pavo con salsa blanca que hablamos". La mujer coloca el papel donde lo había sacado, y cuando el marido sale del baño, encuentra a su mujer con una ropa sensual y toda fogosa. El marido se pone como loco, no pierde tiempo y hacen el amor como en los viejos tiempos... Cuando terminan, el tipo, medio muerto, se queda dormido . Cuando va llegando la hora, la mujer lo despierta, pero él no quiere saber nada de la reunión, pero finalmente ella lo convence.
Al llegar a la casa de su amante, el marido , aún cansado, le dice a su amante que había trabajado mucho y que sólo tomaría un baño y descansaría un poco. Al entrar al baño, la amante (como toda mujer) le revisa los bolsillos del saco, y encuentra un papel que tenía escrito:
"Ahí te mando el pavo, pero la salsa blanca quedó en casa".