KLUCHO
Curveando
Como todos los años por estas fechas, llega el TOUR de Francia.
Esta tarde como muchas otras he estado viendo un rato la etapa. No es que me gusten esos chicos, esbeltos y sudorosos, depilados y enfundados en esas mayas ceñidas. Moviendo su culito de un lado para otro, con el ritmo acompasado de su pedaleo.
NO. Lo que me gusta, es ver la evolución que han tenido las bicicletas de esos monstruos de la ruta, que con dos cojones suben a esas míticas cimas, que como Cervantes, de sus nombres no quiero acordarme, porque solo con acordarme ya me acojonan. Alguno que haya subido los DOLOMITAS por ejemplo, me puede dar la razón. Subirlas con nuestras motos cargadas hasta la bandera, un día de calor ya cansa lo suyo y te das cuenta, no, en realidad no te das cuenta, te imaginas pero seguro que no te acercas lo más mínimo, a lo que debe ser subirla en bici, por muchos piñones y catalinas que tengas a tu disposición, no te quedan más cojones que darle a los pedales y mover el culito.
Como decía, en veinte años esas bicicletas han tenido una evolución total, los cuadros, las llantas, los tubulares, los manillares, los asientos, los frenos y hasta las palancas de cambio han sufrido dicha evolución y con cambios paulatinos, estas bicicletas de hoy en día no tienen nada que ver con las de hace veinte años.
Pero lo más acojonante sin embargo, es ver a los cámaras de la televisión francesa en unas motos que a pesar de no haber evolucionado, siguen dado caña en las retransmisiones deportivas de toda índole, tanto en ciclismo como en atletismo, en una Maratón por ejemplo y sirviéndonos para el disfrute y transporte de todo lo necesario y mucho innecesario, cuando vamos de viaje.
Desde aquí quiero agradecer a la BMW que haya fabricado esta maKina, para mí la mejor viajera del mundo.
Después de un par viajes, sé lo que debo llevar y menos el vater y la ducha, mi mujer y yo llevamos de todo.
Esta tarde como muchas otras he estado viendo un rato la etapa. No es que me gusten esos chicos, esbeltos y sudorosos, depilados y enfundados en esas mayas ceñidas. Moviendo su culito de un lado para otro, con el ritmo acompasado de su pedaleo.
NO. Lo que me gusta, es ver la evolución que han tenido las bicicletas de esos monstruos de la ruta, que con dos cojones suben a esas míticas cimas, que como Cervantes, de sus nombres no quiero acordarme, porque solo con acordarme ya me acojonan. Alguno que haya subido los DOLOMITAS por ejemplo, me puede dar la razón. Subirlas con nuestras motos cargadas hasta la bandera, un día de calor ya cansa lo suyo y te das cuenta, no, en realidad no te das cuenta, te imaginas pero seguro que no te acercas lo más mínimo, a lo que debe ser subirla en bici, por muchos piñones y catalinas que tengas a tu disposición, no te quedan más cojones que darle a los pedales y mover el culito.
Como decía, en veinte años esas bicicletas han tenido una evolución total, los cuadros, las llantas, los tubulares, los manillares, los asientos, los frenos y hasta las palancas de cambio han sufrido dicha evolución y con cambios paulatinos, estas bicicletas de hoy en día no tienen nada que ver con las de hace veinte años.
Pero lo más acojonante sin embargo, es ver a los cámaras de la televisión francesa en unas motos que a pesar de no haber evolucionado, siguen dado caña en las retransmisiones deportivas de toda índole, tanto en ciclismo como en atletismo, en una Maratón por ejemplo y sirviéndonos para el disfrute y transporte de todo lo necesario y mucho innecesario, cuando vamos de viaje.
Desde aquí quiero agradecer a la BMW que haya fabricado esta maKina, para mí la mejor viajera del mundo.
Después de un par viajes, sé lo que debo llevar y menos el vater y la ducha, mi mujer y yo llevamos de todo.