Buenas tardes moteros:
Vaya ruta que nos preparó el amigo Roadstero.
No fue una ruta normal, no, fue la GastroRuta.
Y kilómetros hicimos, que no fue todo comer y zampar.
Jajajajajaja.
Sitio raro, por lo inhabitual claro, el lugar de la quedada.
La Aldea del Fresno era el lugar elegido:
Cuando Hurry hizo acto de presencia significó que ya estábamos todos, por lo que nos fuimos.
Y nos fuimos en dirección a Villa del Prado.
Desde esta población hasta el cruce con la N-403, la carretera presenta unas curvitas reviradas y deliciosas, que no pudimos disfrutar como es debido gracias a un vehículo de cuatro ruedas.
Atravesamos la N-403 en dirección a Cadalso de los Vidrios y a continuación nos dirigimos hacia Rozas de Puerto Real.
En un momento llegábamos a la N-501, la cual atravesábamos para subir a Casillas, a través de un túnel horadado en el bosque, el cual dejaba filtrar en parte la luz del sol, convirtiéndose en un espectáculo para la vista.
Enseguida aparcábamos en LA RAMA, dando lugar oficialmente a la GastroRuta:
A Tuerce se le había olvidado algo en la moto:
El paisaje es tremendo:
Los colegas se preparaban para el festival gastronómico:
Y empezamos con unos callitos:
Y no nos íbamos a quedar sin revolconas:
No estuvo mal el desayuno, no.
Bajamos Casillas y volvimos a la N-501.
Tras un trayecto anodino y después de atravesar Sotillo de la Adrada, La Adrada y Piedralaves, nos dirigimos a Casavieja, Mijares, Gavilanes, donde volvimos a contemplar paisajes fantásticos.
Pero enseguida estábamos en la N-501, pero inmediatamente la abandonábamos de nuevo para subir a Pedro Bernardo a través de una carretera revirada y que tampoco la pudimos disfrutar como se merece por la lenta presencia de más vehículos de cuatro ruedas.
Una vez superado Pedro Bernardo volvimos a disfrutar de nuestras motos y de los paisajes que íbamos descubriendo hasta llegar al cruce con la carretera que va desde San Esteban del Valle al puerto de Serranillos:
Con el castillo de Mombeltrán al fondo, decidimos dirigimos hacia Serranillos a través del puerto de igual nombre, siendo llevados a buen ritmo por la Hornet "gorda" de Roadstero.
Con tan buen andar, enseguida llegábamos a Burgohondo y Navalmoral, por lo que no tuvimos más remedio que subir el magnífico puerto de igual nombre.
Pero tanto nos gustó, que lo hicimos de nuevo, pero de bajada.
Jajajajajaa.
Pero no solo de carretera y moto vive el hombre, así que, en El Barraco:
Continuará......................................
V'sssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss