Moraleja

Maverick

Curveando
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7 Feb 2002
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Santander
-Un  carnicero estaba atendiendo su negocio y se sorprendió al ver entrar un perro.

-Lo espantó, pero el perro volvió enseguida.

-Nuevamente intentó espantar al perro, cuando se dio cuenta de que traía una nota en el hocico.

-Tomó la nota y leyó:  ¿Podría mandarme 12  salchichas y una pierna de cordero, por favor?

-El perro  también traía dinero en el hocico, un billete de 50 euros.

-Cogió el dinero y colocó las salchichas y la pierna de cordero en el hocico del perro. El carnicero estaba muy impresionado y como ya era hora de cerrar el negocio, decidió  seguir al perro.

-El perro comenzó a bajar por  la calle cuando llegó a un semáforo. Depositó la bolsa en la banqueta, brincó y apretó el botón para cruzar.
Esperó pacientemente con la bolsa en el hocico  a que se pusiera en rojo para poder cruzar. Atravesó entonces la calle y caminó hasta una parada de autobús, con el carnicero siguiéndolo de cerca.
En la parada, el perro miró hacia el horario y se sentó en el banco a esperar el
autobús y cuando llegó uno, tras cerciorarse de que no era el autobús  correcto, siguió esperando por el indicado. Otro autobús llegó y volvió a mirar. Vio que ese era el correcto  y entró.

-El carnicero, boquiabierto, siguió al  can.

-De repente, el can se levantó y, erguido sobre las patas traseras, tocó el timbre para descender, todo ello con la bolsa en el hocico.

-Y bien, carnicero y  perro fueron caminando por la calle, hasta que el perro se detuvo en una casa y puso las compras en el banco de la puerta.

-Entonces, retirándose un poco, corrió y se lanzó contra la puerta. Repitió la acción varias veces. Nadie  respondió en la casa. El perro rodeó la casa, saltó una cerca y fue hasta la ventana, allí comenzó a tocar con la cabeza en el vidrio varias veces. Regresó a la  puerta, abrió un hombre, y comenzó a golpear  al perro.

-El carnicero corrió hasta el hombre  para impedirlo, diciéndole:

-¡Por Dios amigo!  ¿Qué es lo que está haciendo? ¡Su perro es un genio!

El hombre respondió:

¿Un  genio? ¡Ya es la segunda  vez en esta semana que el muy mamón se olvida las  llaves!

Moraleja:

Puedes continuar excediendo las expectativas en tu trabajo, pero a los ojos de un jefe cabrón, siempre estarás por debajo de lo que él quiere.


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